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12 de marzo de 2017 | Judiciales

Entrevista REALPOLITIK

En la semana de la mujer, un ejemplo del maltrato judicial en las denuncias por violencia de género

Jorgelina Cucuccio tiene 43 años y es víctima de violencia de género. Su único ingreso económico es el trabajo doméstico y la venta de tortas. El 5 de mayo de 2016 abandonó su casa donde vivía con su pareja, José Luiz Ruiz, quien la maltrató psicológicamente durante dieciocho años...

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Jorgelina Cucuccio tiene 43 años y es víctima de violencia de género. Su único ingreso económico es el trabajo doméstico y la venta de tortas. El 5 de mayo de 2016 abandonó su casa donde vivía con su pareja, José Luiz Ruiz, quien la maltrató psicológicamente durante dieciocho años. Después de radicar tres denuncias por hostigamiento y una en el fuero de Familia, con la restricción perimetral vencida, intentó radicar una nueva denuncia y desde la Justicia la pasearon de fiscalía en fiscalía.

A continuación, la entrevista completa. 

RP.- ¿Cómo empezó este recorrido judicial? 

Yo me fui de mi casa el 5 de mayo de 2016, con mis dos nenes y con lo puesto. Venía de dieciocho años de sufrir una violencia psicológica terrible, y ese día decidí irme porque él (José Luis Ruiz) quería acusarme de que lo había robado. No daba para más, era terrible la situación. 

Tengo una abogada, que también es una amiga, y ella me tramitó todo en Familia; logré que me dieran la restricción rápido pero esa restricción se venció y él me siguió molestando. Hace una semana cuando salí de mi casa lo encontré por acá y después paró el auto a unas cuadras de mi casa. Nos gritó, nos dijo de todo, como siempre. Hace tres días yo salí de mi casa y él pasó con el auto, después nos cruzó en la plaza. Vino caminando, yo estaba con mi hija.

Entonces agarré el teléfono y llamé a la policía. Tardaron veinte minutos en venir. Cuando llegaron me pidieron disculpas, porque en esos veinte minutos me podía haber matado a mí, a mi hija y a cualquiera; es un sistema desastroso. 

RP.- ¿Qué le dijeron?

La policía me dijo que vaya a Fiscalía y que haga la denuncia penal, porque ya estaba tramitando la denuncia de Familia, intentando renovar la restricción. Primeramente me mandaron a Asistencia a la Víctima, ahí me dijeron que si yo ya tenía abogada ellos no iban a hacer nada, que no era su problema.

Yo quería iniciar una causa penal, porque de Familia ya lo estoy iniciando. Quería una causa penal para que me salga rápido la restricción, el botón de pánico. La cuestión es que me atendieron muy mal, no me prestaron atención.

Alguien adentro de Fiscalía me dijo que vaya a la UFI N° 2, ahí me dijeron que no era problema de ellos y que si me tomaban la denuncia iban a tardar un montón, porque requería de testigos. Me dijeron que vaya a la UFI N° 13 (de Violencia de Género), fui y me dijeron que la denuncia no me la iban a tomar. 

Que lo único que podían hacer ellos era mandarme un rondín -un móvil policial- que iba a venir durante siete días a preguntarme cómo estaba en algún momento del día. Eso fue todo lo que me dijeron, y me mandaron a 14 entre 48 y 49 (Secretaría Civil, con peritos de asistencia y orientación).

Fui,  y había más o menos cien personas esperando que la atiendan y una sola persona dedicada a atender. Me dijeron que la denuncia no me la iban a tomar, porque primero le tenía que explicar el caso a una abogada. 

Esperé a que llegara la abogada, ella me atendió de muy mala manera, se puso a gritar y dijo que si yo tenía una abogada ya no era un tema de ellos. Yo le pedía que me den la restricción rápido, le dije que de la UFI N° 13 me mandaban para eso. Nunca me tomaron la denuncia ni me dieron la restricción, me dijeron que no era un tema de ellos y que averigüe en el Juzgado 1, pero la causa que está ahí es la de alimentos.

RP.- ¿Cómo siguió?

Me fui muy enojada, salí de ahí de la misma forma que salí de calle 8: sin ninguna respuesta, nunca me tomaron la denuncia; en todo ese camino que hice sola, él me podía haber agarrado en cualquier lugar. Ellos pretendían que de ahí me vaya de nuevo al Juzgado 4. ¿Para qué si eso es de Familia? Yo lo que necesito es penal. 

Vine a mi casa igual que salí: sin nada. Él me cruzó en la calle a las 8:30 y todavía a las 13:00 yo estaba en la calle; sin seguridad, sin restricción, sin nada, y él feliz y contento en su auto. 

RP.- ¿El agresor está pagando los alimentos?

Sí, me los pasa, pero el aumento que otorgaron a partir del 15 de enero todavía no me lo pasó. La cuestión es que llegué a mi casa y vino el rondín,  me dijeron que iban a pasar todos los días pero pasó solamente ese día. Hace dos días que no pasa. Yo no tengo a quien reclamarle porque nunca me dijeron a quién le podía reclamar. 

Esa misma tarde me llamaron de la UFI N° 13 y me dijeron que vaya al otro día a hacer la denuncia, que me la iban a tomar. Fui a hacer la denuncia y no me la tomaron, nuevamente. Me dijeron que el expediente estaba cerrado, que había sido archivado. 

Les pregunté por qué y me dijeron que porque yo no había llevado testigo. Pero ellos nunca me los habían pedido. Me dijeron: "Nosotros nos cansamos de llamarte y nunca contestaste". Yo tenía el mismo teléfono desde la primera denuncia, y cuando miro a qué número habían llamado, veo que era el del padre de mis hijos.

Entonces me dicen: "Claro, hubo problemas porque no te ubicaron por el teléfono, como no has hecho denuncias después no pudimos contactarte mediante la policía". Yo les había llevado un montón de  denuncias que le había hecho en octubre, noviembre y diciembre; tres en total, porque me persigue. Nunca llegó a un acto de violencia física, pero yo ya lo conozco. 

Me dijeron que bueno, que se había traspapelado mi número. "Ese traspapelado me puede matar", les dije, y me contestaron que no sabían qué había pasado porque ellos siempre investigan antes de cerrar las causas. Pero a mí me habían cerrado la causa sin llamarme nunca. 

Después me dijeron que él había llevado testigos. A uno lo conozco, es mi vecino de toda la vida que dijo que no me conocía. Después hay otra persona que no la conozco, que nunca vi en mi vida. Les dije que al segundo testigo no lo conocíamos ni yo ni el padre de los chicos; me contestaron que ellos confiaban en lo que declaró. Y todo lo que yo declaré  no lo tuvieron en cuenta.

Así que no me tomaron la denuncia, me dijeron que vuelva a hacer un escrito donde ponga mis datos, para que ellos tengan mi dirección, y que en un tiempo me van a llamar. A él le van a hacer un reto como de colegio: "Mirá, esto no lo podés hacer". Es el día de hoy y a mí todavía no me llamaron, el rondín no pasó nunca más y tengo que tener cuatro ojos cuando estoy en mi casa. Esa es la triste realidad. Mi abogada presentó un escrito para que me den la restricción hace dos días, pero todavía estamos a la espera. (www.REALPOLITIK.com.ar) 


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