La criminalización del paro como herramienta de protesta

La maquinaria comunicacional del gobierno, acaso su mayor arma en momentos de turbulencias políticas, trazó la estrategia a seguir ante la escalada de paros docentes y el paro general del 6 de abril. Desde el presidente a los intendentes, pasando por gobernadores y ministros de rango nacional y provincial, apostaron a minimizar los efectos de la medida tomada por la CGT y las dos CTA.

Desde el equipo de comunicación propiamente dicho, los peones del servicio se abocaron al trabajo más masivo de las redes sociales, donde a través de grupos y cuentas individuales se viralizaron dogmas como “#YoNoParo” y “#AcáSeTrabaja”. El mismo presidente de la Nación, que se encontraba en aquel momento inaugurando el foro Davos en el hotel Hilton de Puerto Madero, inauguró su discurso con la frase “qué bueno que es estar acá trabajando”.

Desde el campo ministerial, se convocó al mediático Marcos Peña y a los no tan fotogénicos Jorge Triaca, ministro de Trabajo, y Patricia Bullrich, titular de la cartera de Seguridad. Fueron ellos tres los encargados de recorrer los pasillos televisivos y radiales para trasladar la consigna. Los medios hegemónicos, con la prestancia que los caracteriza, se apuraron en replicar las declaraciones de los funcionarios. La Nación soltó media docena de artículos al respecto. Uno de ellos tituló: “El Gobierno calificó el paro de inoportuno y ratificó la estrategia”, y en su bajada recalcó con virulencia que “Molestaron en la Casa Rosada los hechos de violencia mientras se desarrollaba el Foro Económico; "es esquizofrénico"”. Acorde a la misma línea, unos minutos más tarde tituló: “En desacuerdo con el paro, muchos ignoraron la protesta”, mostrando la imagen de un comercio abierto. Aclaró, además, que “En el centro porteño, varios fueron los trabajadores que intentaron que ayer fuera "un día más" de trabajo”.

Clarín cortó por lo sano y fue aun más allá al entrevistar al vice jefe de Gabinete Mario Quintana, quien declaró que “En la Argentina de la marchita peronista nos fue mal”.

Acorde con las declaraciones vertidas desde diferentes estratos del gobierno, la gobernadora María Eugenia Vidal y sus ministros de Economía, Hernán Lacunza y de Educación, Alejandro Finocchiaro, replicaron los esfuerzos en declarar a la herramienta del paro como “innecesaria” y como una “traba” para el fluir de las negociaciones. En respuesta, la CGT aclaró los tantos: “El paro es una herramienta, a veces la única, que tenemos los trabajadores para que nos den bola. Es cierto que los funcionarios se sientan a dialogar cuando lo pedimos, pero no negocian. No somos importantes. Nuestros problemas tampoco. Ellos se sientan, te escuchan y luego vuelven a repetirte lo mismo. Mientras tanto, seguimos con los maestros debajo de la línea de pobreza mientras ellos cobran salarios que, en algunos casos, superan los cien mil pesos mensuales. Entonces el trabajador elige parar, porque cuando parás te empiezan a tomar enserio. Se sientan, te escuchan, y tratan de acercar posiciones. El paro es una herramienta que, lamentablemente, en este país de CEO’s y empresarios, es muchas veces necesario utilizar.”

Este ida y vuelta se desenvuelve en circunstancias críticas. Según un informe de Utilización de la Capacidad Instalada en la Industria (UCII), las fábricas trabajaron al 60 por ciento de su capacidad instalada en febrero de este año, lo que significa el mayor crecimiento de la capacidad ociosa en 14 años, y la producción industrial en general cayó un 6 por ciento en febrero en relación al mismo mes del año pasado. La situación de los docentes no termina de resolverse, aunque pareciera existir una luz de esperanza para la semana entrante; y los comercios que aún se mantienen en pie luego de un 2016 que ha hecho estragos, sufren los efectos de las malas decisiones políticas, como el plan Precios Transparentes, que provocó una nueva marcha y contramarcha del gobierno. (www.REALPOLITIK.com.ar)

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