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28 de mayo de 2017 | Historia

Recorriendo la provincia REALPOLITIK

Balcarce: Al abrigo de las sierras

Comenzaremos el tratamiento de los municipios de la quinta sección electoral por Balcarce, uno de los más antiguos de la provincia. Durante siglos, las sierras y planicies que conforman el ejido municipal estuvieron habitadas por diversas tribus indígenas pampas y araucanas.

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por:
Sabino Mostaccio

Comenzaremos el tratamiento de los municipios de la quinta sección electoral por Balcarce, uno de los más antiguos de la provincia. Durante siglos, las sierras y planicies que conforman el ejido municipal estuvieron habitadas por diversas tribus indígenas pampas y araucanas.

Hasta que en el siglo XVIII empezó a sentirse la presión blanca, cuando los virreyes fueron extendiendo la línea de frontera hasta el Salado y mandaron a explorar las sierras del Volcán, por los alrededores de la actual Balcarce.

Tras la Declaración de Independencia, los distintos gobiernos criollos retomaron el impulso colonial y lucharon por ampliar sus dominios al sur del Río Salado. La fundación de Dolores en 1817, primer pueblo patrio fundado al sur de la antigua frontera, junto a la guarnición de Blandengues de la laguna Kakel Huinkul y la fundación del Fuerte Independencia (actual Tandil). En 1821, eran claras señales de presencia argentina en el corazón de la pampa virgen.

El primer asentamiento definitivo en la actual Balcarce data de 1819, por iniciativa del pionero Patricio Lynch. Para 1827, el gobierno de Bernardino Rivadavia ya había otorgado los primeros títulos de propiedad a los pobladores de la sierra, y la comarca pasó a depender de un juez de paz con sede en la actual Lobería. Pero el progreso de la nueva población fue lento y los diversos malones indígenas y las guerras civiles que azotaron la provincia no permitieron la consolidación del asentamiento, obligando muchas veces a sus pobladores a refugiarse en la vecina Tandil.

A mediados del siglo XIX, la situación se estabilizó algo más con el fin de las refriegas civiles en la provincia y la determinación del gobierno nacional y provincial de avanzar la línea de frontera. El 31 de agosto de 1865, ante el nuevo impulso obrado en las tierras serranas, con la llegada de nuevos colonos, el gobierno de Mariano Saavedra (1864-1867) decidió crear nuevos partidos en el interior provincial, siendo Balcarce uno de ellos, desprendiéndose de Lobería.

El juez de paz José Andrés Chávez (1841-1929), apoyado por los vecinos José de la Cuadra y Juan Kelly, peticionaron la creación y el trazado de un poblado definitivo, lo cual fue aprobado por el gobierno provincial y el 22 de junio de 1876 nace el pueblo de San José de Balcarce.

Para entonces, la amenaza de malones indígenas estaba lejos después del descalabro sufrido por las partidas indígenas de Manuel Namuncura en la batalla de San Carlos de Bolívar, a manos de las tropas nacionales del coronel Ignacio Rivas, ese mismo año. Y la posterior campaña al desierto del ministro Julio Argentino Roca (1879), la conjuro definitivamente. El progreso inexorable trajo el ferrocarril en 1892 y una oficina de telégrafos, ya desde 1884. La iglesia parroquial se inauguró en 1886. Balcarce prosperó gracias a al explotación de las canteras vecinas, cuyas piedras se usaron en las obras de ciudades tales como Mar del Plata, La Plata o Miramar. Y muchos obreros inmigrantes llegaron para trabajar la piedra. A esto hay que sumarle el cultivo de la papa, traído por inmigrantes irlandeses, que hizo famosa a la comarca.

Luego, el progreso de Balcarce se ralentizó hasta la década de 1960, aunque en ese lapso el pueblo vio triunfar a su más grande hijo, el automovilista Juan Manuel Fangio (1911-1995), cinco veces campeón de Fórmula 1 y el más grande piloto de su tiempo.

Balcarce aún acoge un museo en su memoria muy visitado por turistas y amantes de las carreras. De hecho, hoy día el turismo ayuda a revalorizar aún más a la tierra alcarceña.

Nombrada en honor al héroe de la Independencia Antonio González Balcarce, creció al abrigo de las sierras y acunada en los sueños de sus fundadores, que plantaron al semilla de un futuro promisorio. (www.REALPOLITIK.com.ar)


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