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25 de junio de 2017 | Historia

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General Alvarado: Al abrigo de las dunas y el ancho mar

La historia del partido de General Alvarado inicia en 1860, cuando don Andrés de la Plaza adquiere tierras al sur de la actual Mar de Plata para dar forma al establecimiento agrícola “El Saboyardo”, que administró junto a su capataz Luis Druge. Las tierras se extendían entre los arroyos “El Durazno” y “La Totora”, a siete leguas al sur de Mar del Plata, fundada en 1874 por Patricio Peralta Ramos.

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por:
Sabino Mostaccio

La historia del partido de General Alvarado inicia hacia 1860, cuando don Andrés de la Plaza adquiere tierras al sur de la actual Mar de Plata para dar forma al establecimiento agrícola “El Saboyardo”, que administró junto a su capataz Luis Druge. Las tierras se extendían entre los arroyos “El Durazno” y “La Totora”, a siete leguas al sur de Mar del Plata, fundada en 1874 por Patricio Peralta Ramos.

Fortunato de la Plaza, hijo de Andrés, heredo las tierras en 1878 tras la muerte de su padre, y junto a su cuñado José María Dupuy, se hizo cargo de la explotación. Este último, inspirado por el auge que estaba tomando Mar del Plata como balneario turístico - y apoyándose en la cercanía de su puerto pesquero- convenció a su cuñado de fundar un pueblo en el ejido de su estancia.

Dupuy se encargó del delineamiento de las gestiones necesarias y contrató al ingeniero Rómulo Otamendi y al agrimensor Eugenio Moy para que lo ayudaran en el trazado de la nueva población. Se eligió por su simpleza y modernidad el trazado empleado en la ciudad capital de la provincia, La Plata, con calles rectas, una plaza central (aunque cortada en 4) y cuatro diagonales que convergerían en la plaza.

En octubre de 1887 se terminó la traza y se procedió a elegir el nombre. Don Fortunato de la Plaza, tras evaluar las sugerencias de sus socios, eligió finalmente el nombre “Mira-Mar” para el poblado. Tomó como referencia al balneario cercano a la ciudad de Trieste, en la costa del Mar Adriático, “Miramare”).

Para 1888 se vendieron los primeros lotes y se instalaron las primeras familias, y el gobierno provincial de Máximo Paz (1887-1890) aprobó la nueva fundación el 20 de septiembre de ese año. Entre 1889 y 1891 se construyó la iglesia de San Andrés en terrenos donados por el fundador; ese mismo año, también, José María Dupuy fue elegido como primer intendente lográndose la autonomía. Se bautizó al nuevo partido como General Alvarado, en homenaje al militar salteño Rudecindo Alvarado, héroe de la independencia y amigo de la familia Dupuy.

Ya en 1890 se inauguró el primer hotel del balneario, “El Argentino”, y el sueño de sus fundadores se fue materializando. Afluyeron nuevos pobladores europeos y criollos, y comenzaron a construirse caminos y otras infraestructuras básicas. Se gestionó la llegada del ferrocarril, lo cual ocurrió en 1911, al completarse el tramo que unía la ciudad con Mar del Plata. Ese mismo año, en el cartel de la estación, el nombre de la cabecera del partido aparece escrito de forma seguida como “Miramar” y así quedó hasta nuestros días.

En la década de 1920, Miramar se vio afectada por los movimientos de las dunas vecinas, que invadían con su arena las construcciones de la ciudad y perjudicaban al turismo de la zona. El gobernador bonaerense José Luis Cantilo (1922-1926) sugirió a los pobladores forestar las dunas para fijarlas al suelo y así evitar futuros inconvenientes. Él había visto esta solución en la región costera de las “Landas”, al suroeste de Francia. Así, en 1928, nació el Vivero Dunicola Florentino Ameghino, paseo y gran pulmón verde de la zona. Tal solución se vería replicada en otros puntos de la costa atlántica bonaerense.

Mientras Miramar progresaba, la vecina localidad de Mar del Sur destacaba por su “Hotel Argentino”, inaugurado en 1891 y que recibía turistas e inmigrantes, y que estaba anexo a un complejo de aguas termales, además de las formaciones rocosas atractivas de su costa. Hacia 1940, la construcción de la ruta 11 que unía Miramar con Buenos Aires y Mar del Plata por tierra, junto a la inauguración de nuevos hoteles, dieron realce a la zona y empezó a tomar auge el turismo familiar, consolidado hacia 1950.

Miramar cuenta además con un muelle de pescadores imponente y ha sabido explotar los deportes náuticos, lo cual le ha permitido consolidarse como un destino atractivo en la costa atlántica argentina con un perfil orientado al entretenimiento familiar. Habiendo atravesado años duros, General Alvarado y su gente cuentan con importantes reservas para cumplir su misión y el sueño de sus fundadores, de ser un destino abierto a las familias y al goce del solaz que brinda nuestro mar argentino. (www.REALPOLITIK.com.ar)


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