General Belgrano, creciendo “por el esfuerzo de sus hijos”

El partido de General Belgrano nace como fruto de la expansión del ferrocarril por la pampa bonaerense. Durante la presidencia de Domingo Faustino Sarmiento (1868-1874), se emprendieron las obras para extender el Ferrocarril del Sur más allá del río Salado, lo cual permitiría extender la frontera agrícola de la provincia.

Las tierras que por entonces eran parte del partido de Las Flores habían sido repartidas en tiempos de Juan Manuel de Rosas, entre distintos hacendados, destacando entre ellos Bautista Bonemennt y Pascual Pereda. Sobre las tierras donadas por los mismos, se inauguró el 19 de mayo de 1871 la estación “Salado”. Alrededor de la misma, se había formado un caserío ocupado por los trabajadores del ferrocarril y sus familias, que con el pasar de los años dio origen a una naciente población. A estos pobladores se sumaron algunos peones rurales de la zona y nuevas familias inmigrantes que buscaban un nuevo horizonte.

Fue tal la prosperidad de la población que el 21 de septiembre de 1883, el agrimensor Mariano Iparraguirre estableció el trazado definitivo del pueblo, a pedido del gobierno provincial. El 1 de agosto de 1891 se dicta la ley provincial 2416, que crea el partido de General Belgrano, en honor al prócer de la independencia. Se recogía así el anhelo de los vecinos. El 1 de enero de 1892 se reúne el flamante concejo deliberante que elige como primer intendente a José Ferrer. El pueblo cabecera recibió la denominación homónima del partido.

Desde 1883 se contaba con una capilla para los oficios religiosos y las colectividades inmigrantes se fueron organizando en asociaciones y clubes. El crecimiento atrajo nuevos vecinos y la población prosperó. Este espíritu pionero y libre llevó a la población a desafiar a distintos gobiernos a lo largo del siglo XX.

El 9 de enero de 1933, los militantes de la UCR local se sublevan contra el gobierno del presidente Agustín Pedro Justo (1932-1938), enmarcado en el fraude de la “Década Infame” (1932-1943). Los rebeldes se hicieron con el pueblo, pero la represión militar fue dura y la persecución dejó sentir sus efectos en los años siguientes. El indomable ímpetu belgranense se manifestaría 50 años después en otra rebelión cívica en contra de una decisión del gobierno provincial, de intentar enajenar tierras productivas que pertenecían al municipio. La oposición del intendente, Dr. Daniel Finocchietto y de los vecinos, frustró el plan. El llamado “Pueblazo”, representa un hito aun recordado por los vecinos.

Hoy General Belgrano mira para el futuro, buscando su destino de prosperidad y orgulloso de su historia y consciente del enorme potencial de sus hijos e hijas. Allí, donde el río baña la fértil pampa, se levanta un vergel. (www.REALPOLITIK.com.ar)

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