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13 de julio de 2017 | Municipales

LANÚS | Panorama REALPOLITIK

Insólito: Debería estar procesado, pero elige a los ministros de la provincia de Buenos Aires

El frondoso prontuario del intendente de Lanús pareciera no tener mayor importancia para las autoridades de la provincia de Buenos Aires que, lejos de condenarlo, lo premian con puestos claves en el armado provincial.

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El intendente de Lanús, Néstor Grindetti, acumula sobre el escritorio de su despacho una alta pila de denuncias. Tiene para elegir: lo acusan de haber escondido más de mil kilos de cocaína a través de Daniel Villoldo, segundo del secretario de Seguridad Diego Kravetz; de estafas en la facturación de combustible de los patrulleros de la ciudad; de encubrir a su guardaespaldas personal y barra brava de Lanús, “El Fanfi” Goncebate; de mantener kioscos de droga en las villas Diamante y Sapito y hasta de ocupar ilegalmente un galpón sobre la calle Prieto, en Lanús Este, para utilizarlo como desarmadero de autos para los piratas del asfalto.

El frondoso prontuario del intendente de Lanús, sin embargo, pareciera no tener mayor importancia para las autoridades de la provincia de Buenos Aires que, lejos de condenarlo, lo premian con puestos claves en el armado provincial.

En ésta ocasión, tuvo el privilegio de elegir al reemplazante de la ministra de Salud bonaerense saliente, Zulma Ortíz. Para ello, posó su dedo en Andrés Scarsi, un hombre de su extrema confianza. A su favor, cuenta que la salida de Ortíz ya se había conversado en el círculo íntimo de María Eugenia Vidal y que poco y nada tuvo que ver con la decisión de pedirle la renuncia. Él no se metía con la ministra de Salud. No tanto por respeto, sino por el temor que le generaba el saber que era la protegida de Mario Quintana, vicejefe de Gabinete del todopoderoso Marcos Peña.

Luego de que María Eugenia Vidal, cercana a la Iglesia Católica, dejara sin efecto el protocolo de aborto no punible confeccionado por Zulma Ortíz, los días de la ministra estaban contados.

Andrés Scarsi, el elegido de Grindetti, no llegó al ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires por concurso ni por méritos propios. Por el contrario, el marido de Laura Grindetti (hija de Néstor, intendente de Lanús) es amigo de la infancia de Andrés Scarsi, y es quien lo colocó primero en el plantel municipal, luego en el sector de salud y finalmente, previo acuerdo político-económico con su suegro, en el ministerio de Salud de la Nación. De allí bajó a la provincia de Buenos Aires, donde ocupó el cargo de viceministro, hasta que las presiones sobre Ortíz le permitieron ver la luz al final del túnel.

De este modo Néstor Grindetti, que representa una de las manchas más oscuras de la administración Vidal, suma como en el monópoli a otro hombre en un puesto clave. Un movimiento arriesgado de María Eugenia Vidal, que en los próximos meses deberá enfrentar a un espacio político que, paradójicamente, ella misma se encarga de caratular de corrupto. (www.REALPOLITIK.com.ar)


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