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13 de agosto de 2017 | Cultura

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Dien Bien Phu, la derrota de Francia en Vietnam: El fin de una era

Para no pocos especialistas, en Dien Bien Phu (1954) se libró la más grande batalla el siglo XX y, sin duda alguna, la más dramática de la posguerra. Aquella masacre de soldados franceses ante tropas regulares y guerrilleros vietnamitas conforma un momento decisivo en la historia del sudeste asiático.

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SABINO MOSTACCIO

Para no pocos especialistas, en Dien Bien Phu (1954) se libró la más grande batalla el siglo XX y, sin duda alguna, la más dramática de la posguerra. Aquella masacre de soldados franceses ante tropas regulares y guerrilleros vietnamitas conforma un momento decisivo en la historia del sudeste asiático.

Atrapados en una guarnición que fue quedando aislada, 6 mil hombres fueron sometidos a un fuego de artillería proveniente de las colinas circundantes. El comandante francés, impotente ante la matanza, se suicidó. Anticipando el triunfo de años después sobre los estadounidenses, la hazaña logística del Viet Minh acabó entonces con el colonialismo francés en la región.

Todo comenzó en 1945, cuando Francia reasumió en control de sus colonias de Indochina, tras la expulsión de los invasores japoneses que habían ocupado la región en 1940. Los franceses, desde 1893, habían dividido la heterogénea comarca en cinco colonias: Laos, Camboya, Anam, Tonkín y Cochinchina.

Eran teóricamente gobernadas por reyes y nobles nativos, pero en la práctica, títeres de Francia. Durante la colonia, los franceses realizaron numerosas obras de infraestructura, además de construir escuelas y hospitales. La laica república francesa auspició con ahínco las misiones cristianas, cuya fe cubría al 40 por ciento de la población indochina para 1950.

Pero la realidad es que del colonialismo se benefició una minúscula elite de la población nativa, que cooperó con el imperialismo francés, teniendo acceso a un buen nivel de vida y a una buena educación. Esta oligarquía, formada por antiguos nobles locales y comerciantes de origen chino, dio los primeros paladines del nacionalismo. Entre ellos Ho Chi Minh (1890-1969), quien estudió en la metrópoli, como buen hijo de un mandarín local, y al volver a su tierra fundó el Partido Comunista Indochino, credo que abrazó en Paris en 1922. Atrajo a muchos jóvenes militantes campesinos y de clase media, y su militancia nacionalista le granjeó varias estadías en prisión.

Durante la Segunda Guerra Mundial, Ho Chi Minh y su fiel mano derecha, Vo Nguyen Giap (1912-2015), fundaron el Viet Minh, grupo paramilitar destinado a combatir al Imperio de Japón, recibiendo esporádico apoyo de los aliados occidentales. El Viet Minh, durante la contienda, hizo a un lado los principios comunistas para atraer a una mayor cantidad de miembros, sobre todo cristianos, bajo la bandera del nacionalismo; pero en los inicios de la posguerra, Iosif Stalin y Mao Tse Tung empezaron a tender lazos con los comunistas indochinos, y su líder volvió a reivindicar la pureza militante, lo cual alarmó al gobierno francés, necesitado del apoyo estadounidense para mantenerse en el poder.

En 1946 comenzó la larga y sangrienta guerra de liberación de Indochina, dónde las tropas coloniales francesas guerrearon con la guerrilla del Viet Minh, viéndose incapaces de alcanzar la victoria pese a su armamento moderno y a las tácticas de terror aplicadas sobre la población rebelde. El apoyo chino y soviético reanimó a los rebeldes, a tal punto que Francia decidió en 1954 dar el golpe final.

Se adoptó una nueva táctica, la de los campos de aviación fortificados en la selva, en lugar de los frentes estables de combate. Estas fortificaciones en zonas rurales debían servir para proteger los abastos del ejército legionario francés, y para disuadir a la guerrilla local de lanzarse sobre las grandes ciudades que aun retenía Francia.

La idea del mando francés al establecer el campo atrincherado de Dien Bien Phu, en la zona del norteño río Mekong, cerca de la frontera laosiana, era guarnecerlo con cinco o seis batallones, apoyados por un grupo de artillería y reforzado con unidades de guerrilla. Se subestimó enormemente la capacidad logística del enemigo y el apoyo chino, que permitirá capear la dificultad de transporte que tenían los rebeldes indochinos en una zona donde los franceses habían destruido muchos caminos utilizables.

El 8 de diciembre de 1953, quedó al mando de la fortaleza elcoronel Christian De Castries, oficial francés veterano, pero que sin embargo tenía escasa experiencia en la guerra de guerrillas. El campo atrincherado de Dien Bien Phu era, sin lugar a duda, la posición fortificada más poderosa que haya existido en Indochina. Sin embargo, la formidable posición guarnecida por los paracaidistas de la Legión Extranjera Francesa tenía un serio defecto: sus dos pistas de aterrizaje podían ser observadas y batidas por la artillería enemiga. El mando francés no supo apreciar la potencia de la artillería de campaña y antiaéreas del Viet Minh.

El mando Viet Minh sabía que un importante éxito militar podría ser explotado para lograr una solución política favorable, y que la formación de una poderosa agrupación francesa en Dien Bien Phu le ofrecía la oportunidad de obtener una victoria espectacular. El 13 de marzo de 1954, cuatro divisiones de guerrilleros iniciaron el ataque a las líneas perimetrales del campo, las cuales cayeron el 1 de mayo, permitiendo al Viet Minh trasladar al mayor parte de su artillería a las colinas circundantes y destrozar con ella la pista aérea, para consternación de los defensores franceses, que al iniciarse ese día el ataque general y final, quedaron aislados del mundo, reducidos a una posición de 1.500 metros por 1.500 metros.

El 26 de abril había comenzado la conferencia de paz en Ginebra. A los comunistas les urgía acelerar la obtención de una victoria espectacular para explotarla en las discusiones. La razón del general Henri Navarre, comandante en jefe francés en Indochina, para continuar la lucha, además de sostener el honor militar, era la esperanza de un cese del fuego logrado en la conferencia o la intervención estadounidense. Pero el 8 de mayo, mermados por las deserciones, los combates y las enfermedades, los defensores se rindieron.

Las pérdidas francesas por todo concepto en esta batalla sumaron 16 mil hombres, de los cuales 1.500 fueron muertos y 4 mil heridos. La gran mayoría de los heridos que fueron tomados prisioneros, así como muchos de los ilesos, morirían como consecuencia del maltrato recibido de sus captores. En cuanto a las bajas sufridas por el Viet Minh, no hay cifras oficiales y se calculan en 20 mil, de los cuales entre 8 mil y 10 mil fueron muertos, aunque algunas estimaciones conocidas hacen presumir que podrían ascender a un total de entre 25 y 30 mil, entre ellos 10 o 12 mil muertos.

Tras un mes de calma tensa, en la noche del 20 al 21 de julio se firmó el acuerdo en Ginebra. El territorio de Vietnam quedaba dividido en el paralelo 17. El Viet Minh quedaba en el norte, mientras el sur, Laos y Camboya permanecían bajo influencia occidental hasta que se realizara un plebiscito.

Así, se formaron dos estados irreconciliables en los restos de la antigua Indochina francesa: Vietnam del Sur, república capitalista y pro occidental, y Vietnam del Norte, que adoptó un régimen por soviético comunista, teniendo a Ho Chi Minh como su primer presidente. La huida de Francia no trajo la merecida paz a la región, más bien fue el preludio de una larga y nueva guerra que se resolvería recién 20 años más tarde. Pero esa es otra historia. (www.REALPOLITIK.com.ar)

 


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