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18 de septiembre de 2017 | Nacionales

Panorama REALPOLITIK

Exceso de contrabando: Funcionarios cómplices y coimeros en el límite entre Argentina y Paraguay

El puente internacional San Roque González de Santa Cruz cruza el río Paraná uniendo la ciudad argentina de Posadas, en Misiones, con la paraguaya de Encarnación. Fue comisionado en 1971 como una retribución de la Argentina a Paraguay, luego de que la represa de Yaciretá causara importantes inundaciones en el vecino país.

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El puente internacional San Roque González de Santa Cruz cruza el río Paraná uniendo la ciudad argentina de Posadas, en Misiones, con la paraguaya de Encarnación. Fue comisionado en 1971 como una retribución de la Argentina a Paraguay, luego de que la represa de Yaciretá causara importantes inundaciones en el vecino país. Se inauguró unos 30 años después, y desde entonces ha sido una constante preocupación para las autoridades argentinas, que llevan 27 años tratando de detener el constante contrabando que sobre sus más de 2.500 metros de asfalto elevado se desarrolla día a día. Pero, ¿realmente luchan contra él? ¿O se han vuelto sus cómplices?

Los comerciantes de Posadas no pueden competir con la mercadería que entra día a día en cientos de bolsas de residuos negras rebosantes de ropa, celulares de última generación y tecnología de todo tipo. El contrabando es tan grande que está causando estragos entre la comunidad comercial de la ciudad. 

El personaje clave de la fauna del contrabando es el “pasero”. Cuando una persona decide comprar un lote mayor, recurre a uno de ellos. Habitualmente los regentea una mujer, a la que los clientes le llevan los productos dentro de bolsas de residuo. La mujer administra a una legión de paseros que aparecen entre las sombras y las humildes estructuras de la zona en pequeñas motos de baja cilindrada. Toman la bolsa negra y, a cambio de unos pocos pesos que le da la “madama”, cruzan la mercadería hacia la Argentina. Cada uno de ellos hace decenas de viajes por día. 

Recientemente, se escurrió una conversación que los paseros tuvieron en su grupo de WhatsApp. En ella, se advierten unos a otros de quién está en cada casilla de la aduana: “En el uno sigue Indio, en el dos Kiwi, en el tres Trapito, en el cuatro Mauro”, avisan. Este conocimiento personal de las autoridades aduaneras preocupó a las autoridades argentinas, que advirtieron de inmediato la complicidad entre unos y otros. “El Indio” de la casilla aduanera número uno, fue identificado como René Juárez. Lo mismo ocurre para Alfonso “Kiwi” Orlando; Ariel “Trapito” Mendieta; y “Mauro” Almirón. Todos ellos son guardas del puente San Roque González de Santa Cruz. 

La cosa no se acaba ahí. En una conversación del mismo chat, un pasero “sofisticado” que lleva la mercadería en el baúl del auto en vez de utilizar una precaria moto, cuenta que su tarifa es de 500 pesos y que habitualmente deja 200 al personal de la aduana para “facilitar el paso”. 

El tráfico es tan avanzado y está tan arraigado, que hasta se contrabandean seres humanos. Recientemente, la Justicia Federal de Posadas procesó a tres efectivos del puente cuando, a cambio de una coima, dejaron salir del país a una mujer con una nena, evitando los controles migratorios. 

De este modo, el cabo Adrián Maidana fue imputado por “tráfico ilegal de personas, agravado por su calidad de funcionario público”; el suboficial Ramón Monzón como “partícipe necesario” y el gendarme Mario Blanco fue imputado por “encubrimiento agravado por su calidad de funcionario público”. Los tres procesados acudieron a la Cámara Federal de Apelaciones de Posadas, que ratificó la acusación contra ellos.

Recientemente, la prefectura dio con un furgón que transportaba mercadería de contrabando por más de 3 millones de pesos. Cuando la Justicia Federal comenzó a indagar en la investigación, se encontró con que la camioneta había pasado sin problemas por el puente San Roque González de Santa Cruz. La hipótesis más firme, y que se comprobaría en las próximas horas, es que hubo una orden oficial de que nadie obstaculizara el tránsito del furgón. La investigación alcanzó ahora al personal de la DGA que estaba de guardia al momento del cruce y a aquellos directivos que pudieran haber dado la directiva de liberar la zona. 

Poco tiempo después, la policía incautó una Ford Cargo con algo más de 9 mil juguetes chinos cuyo valor ascendía a los 3,5 millones de pesos. Los vecinos de Posadas organizaron una marcha para las próximas horas, en protesta por la complicidad del estado. “A este ritmo de contrabando, en menos de dos años cierran la mitad de los comercios”, aseguró el intendente Joaquín Losada. (www.REALPOLITIK.com.ar


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Argentina, Paraguay, Joaquín Losada

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