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19 de septiembre de 2017 | Campo

Panorama REAL POLITIK

Inundaciones en Buenos Aires, un test de riesgo para la gobernadora Vidal

En la recta final de 2017, la provincia de Bueno Aires se encuentra literalmente bajo agua, con un gran porcentaje de su producción agropecuaria afectada por los excesos hídricos.

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En la recta final de 2017, la provincia de Bueno Aires se encuentra literalmente bajo agua, con un gran porcentaje de su producción agropecuaria afectada por los excesos hídricos. Las estimaciones de las entidades gremiales vinculadas al sector son preocupantes y de un considerable impacto económico.

Desde CARBAP, que nuclea a los productores de Buenos Aires y La Pampa, los cálculos previos a las últimas lluvias indican que las pérdidas económicas ascenderían a los 1.500 millones de dólares, entre ganadería y producción de granos. Esta cifra no incluye los daños ocasionados por las recientes lluvias que azotaron el territorio bonaerense, que en muchos casos superaron los 100 milímetros en dos días y complican un escenario de por sí delicado.

A la hora de calcular pérdidas, tanto la producción de granos como la ganadería bonaerense están severamente afectadas. En el caso de los cultivos, se estima que se perderá un área de siembra de 1,2 millones de hectáreas, con soja, maíz y trigo como principales perjudicados. En el caso del trigo, que culminó una siembra con muchas dificultades, las últimas precipitaciones dejaron fuera de juego a 150.000 hectáreas, de acuerdo a un análisis de la Bolsa de Comercio de Rosario, y en esta campaña el cereal ya perdió 300.000 hectáreas en la provincia de Buenos Aires.

Las complicaciones que sufre la ganadería tampoco son menores, y sus efectos empezarán a percibirse en el mediano plazo, cuando la producción de terneros sufra una caída, que podría reflejarse en 200.000 terneros menos. En concreto, casi 13 millones de cabezas se encuentran en las áreas afectadas, según CARBAP. Por su parte, los tambos sufren nuevamente el embate del clima y siguen sumando problemas y ninguna perspectiva alentadora en el corto y mediano plazo.

A las caídas en la producción agropecuaria se deben sumar los problemas de logística para trasladar granos y bovinos, caminos intransitables y una postal desoladora al momento de transitar las rutas bonaerenses, con una vasta extensión de campos bajo el agua.

En coincidencia con el inicio de la campaña de cara a las próximas elecciones de octubre, la gobernadora María Eugenia Vidal anunció el comienzo de la cuarta etapa del Plan Maestro del Salado, que esta etapa contará con una inversión de 1.600 millones de pesos para frenar el impacto de las cada vez más crecientes precipitaciones.

Desde el gobierno provincial, anuncian que las obras –que deberían empezar el próximo mes- pondrán final a la inacción de las últimas tres décadas en la materia, y en un plazo de cuatro a cinco años el Plan Maestro del Salado estará finalizado. En este escenario de frágil equilibrio, ¿cuál es la opinión de las entidades vinculadas a la cadena agroindustrial bonaerense?

La relación de la gobernadora con este sector, más allá de la cordialidad y el mutuo reconocimiento, se halla en estado de tensión. Desde finales de 2016, los gremialistas reclaman una baja de la presión impositiva, que constituye la punta de lanza de pedidos de los ruralistas a partir de la incidencia del clima, con problemas de sequía hacia la zona sur y excesos de lluvias hacia el norte. Y algunos dirigentes de este rubro manifiestan un optimismo cauto, porque han escuchado varios anuncios que no se materializaron.

¿Las inundaciones pueden ser un problema para la gobernadora Vidal? Constituyen un arma de doble filo: si en los próximos dos años se percibe un ritmo ágil en estas obras, de cara a las elecciones de 2019 consolidará el voto de un sector que siempre se mostró favorable a su gestión. Pero si el tan anunciado Plan Maestro empieza a demorarse, podría ser el comienzo del fin de la tan promocionada buena relación campo-gobierno en la provincia Buenos Aires. (www.REALPOLITIK.com.ar) 


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Inundaciones, Campo

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