Elisa Carrió, sumergida en una profunda depresión tras diagnosticársele un grave cuadro de diabetes

La dirigente oficialista Elisa Carrió no pasa por su mejor momento. Las exigencias de la campaña electoral que viene encabezando en Capital Federal afectaron su salud, y hay preocupación en el entorno de Cambiemos.

“Lilita” se enteró de la mala noticia casi por casualidad, hace dos semanas, en el marco de un almuerzo que mantenía con Marcelo Uriarte, titular de la Unión Cívica Radical (UCR) de La Plata, en la localidad de City Bell. Allí, la dirigente manifestó su malestar a raíz de una bebida que había ingerido poco antes de la comida.

Uriarte, en su condición de médico cardiólogo, y al ver a Carrió deteriorada, le propuso conocer los niveles de azúcar en sangre. Se dirigió a su vehículo y luego, herramienta en mano, se encontró con que la dirigente tenía 440 de glucosa y se encontraba prácticamente al borde de un coma diabético.

No faltó más que unos segundos para que den por concluida la comida. Carrió fue trasladada a Capital Federal, donde le suministraron insulina y comenzó un tratamiento especial tras detectársele un grave caso de diabetes.

Hoy, sumergida en una depresión, llamó al presidente Mauricio Macri para comunicarle lo sucedido. “No voy a dejar la política, pero quiero privilegiar mi salud”, le explicó.

Por lo pronto, solo aparece en algunos reportajes aislados, considerados de suma necesidad y por pedido expreso del equipo de Macri. (www.REALPOLITIK.com.ar)

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