Con el Club Quilmes en quiebra, piden que Aníbal Fernández explique qué hizo con la plata

El festejo con motivo del ingreso de Aníbal Fernández a la presidencia de Quilmes fue con bombos y platillos. Confiado, prepotente y todopoderoso dirigente del gobierno nacional, su figura prometía, implícita o explícitamente, la gloria con la que los hinchas cerveceros soñaban desde la fundación del club aquel 27 de noviembre de 1887.

Promediaba el 2011 y no había, en palabras del flamante presidente del Quilmes Atlético Club, “muchos hombres en la Argentina más poderosos” que él. Cinco años después, un políticamente agotado Aníbal Fernández, vapuleado por una derrota ante María Eugenia Vidal que él creía imposible, perdió la presidencia ante Marcelo Calello por una aplastante diferencia de más del 60 por ciento de los votos.

Ahora, cumpliendo una suerte de profecía inversa, la dirigencia y los hinchas reclaman su presencia. Ya no para presidir el club, sino para responder por la multimillonaria deuda que su gestión dejó en el club. “Al igual que el resto del kirchnerismo, por donde pasaron dejaron tierra arrasada. Hicieron negocio con todo lo que tocaron, y hundieron al club en la miseria”, aclaran a este medio desde la presidencia de Quilmes. Según Calello, Aníbal Fernández se asoció a la familia Meiszner, que se encargó de dejar las arcas del club en rojo.

Hace apenas unas horas, una multitud de hinchas se autoconvocó a las puertas del club bajo la consigna “#NoMatenAQuilmes” y “¿Dónde está Aníbal Fernández?”. El canto, embravecido por la bronca de sus gargantas ardientes, entonaba: “Nos mandaste al descenso, nos dejaste en la ruina. Lo que hiciste con Quilmes no se olvida en la vida”.

El club, que dejó la categoría más prestigiosa del fútbol argentino y atraviesa un difícil año en la B Nacional, se encuentra en concurso de acreedores y la Asociación del Fútbol Argentino rechazó su plan de pago y su solicitud de un descuento.

Deuda tomada a la AFA, a bancos privados y a “personas que ni siquiera sabemos quiénes son”, son algunos de los ítems que componen los más de 320 millones de pesos de deuda. Un detalle de color: El día anterior a la elección, el club compró por orden de Aníbal Fernández a un arquero de 35 años que jamás había jugado un partido en Primera. Por él, abonó la friolera de 1 millón de dólares. Hoy, se supo que su representante no era otro que Luis Andreucci, mánager de Quilmes. Hasta ahora, tanto en su club como en la política, Aníbal Fernández brilla por su ausencia. (www.REALPOLITIK.com.ar) 

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