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5 de noviembre de 2017 | Cultura

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Hegel: El eterno retorno de las ideas

Georg Wilhelm Friedrich Hegel (1770-1831), estaba destinado a ser uno de los más grandes filósofos de la historia de Occidente.

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por:
Sabino Mostaccio

Georg Wilhelm Friedrich Hegel (1770-1831), estaba destinado a ser uno de los más grandes filósofos de la historia de Occidente. Su vida transcurrió en una época de cambios, marcada por enormes transformaciones, por tremendas revoluciones. Cuando nació daba sus primeros pasos en las islas británicas la Revolución Industrial, y su juventud estuvo atravesada por la herencia del movimiento de la Ilustración, el nacimiento de la escuela liberal de manso del pensador escoces Adam Smith, grandes avances científicos y las Revoluciones de Estados Unidos y Francia. Estos acontecimientos dejaron una huella en el joven Hegel y su generación.

Educado en un ambiente de severo protestantismo, estudió en Tubinga filosofía y teología. En 1818, tres años después de la derrota de Napoleón Bonaparte, al que admiraba, aceptó la cátedra de Filosofía en la Universidad de Berlín que había fundado su amigo Alexander Von Humboldt, y donde logró su magisterio un éxito extraordinario, hasta convertirse en portavoz de la filosofía oficial del Estado prusiano.

En su sistema filosófico, llamado idealismo absoluto, unifica las nociones de ser y pensamiento, de lo real y lo racional en un principio universal y único: la Idea. Para él, discrepando de filósofos de la talla de Fichte y Schelling, la idea es inmanente a la realidad, no trascendente: tofo lo racional es real y todo lo real es racional (panlogismo).

Prescindiendo del principio de contradicción, aplica al devenir de la historia el llamado método dialéctico: toda afirmación (tesis) suscita necesariamente su propia negación (antítesis), contradicción superada en una unidad superior (síntesis), conciliación de los contrarios, que reaparecen a una nueva luz como momentos imprescindibles del Espíritu. Coincidiendo con Schelling en su afirmación de la prioridad de lo general sobre lo individual, ve en el Estado el Dios presente.

Quizás esta sea su herencia más perdurable. Sobre el camino que el abrió, avanzaría el pensamiento filosófico hacia nuevas y a veces, inquietantes direcciones. Sobre su siembra, cosecharan más tarde pensadores de la talla de Karl Marx o Friedrich Nietzsche. Regímenes totalitarios como el comunismo y el nazismo tomaron sus teorías políticas para justificar su oprobioso dominio sobre las masas, pero también muchos liberales anglosajones se servirían de su pensamiento para exponer una versión cíclica de la historia que se refleja mucho en el campo de las relaciones internacionales. Exponentes de esta última corriente son el historiados Francis Fukuyama y el estadista Henry Kissinger.

Como puede verse, Hegel ha trascendido las fronteras de su tiempo y su pensamiento y obra, por momentos deformada y por momentos sólidas, impacta como un cometa en el cielo a más de 180 años de su desaparición física, sobre distintas escuelas de pensamiento. (www.REALPOLITIK.com.ar)


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Cultura, Hegel

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