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19 de noviembre de 2017 | Cultura

Documento histórico REALPOLITIK

Día de la Soberanía: “Mi tierra no se vende”

Cuando la Argentina recién se estaba conformando como país, dos potencias hegemónicas, Inglaterra y Francia, pensaron que estas tierras seguían siendo colonia y decidieron invadir el territorio.

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por:
Paola Rodríguez

 

Cuando la Argentina recién se estaba conformando como país, dos potencias hegemónicas, Inglaterra y Francia, pensaron que estas tierras seguían siendo colonia y decidieron invadir el territorio.

Un 20 de noviembre de 1845, más de cien navíos europeos cargados de productos para ser colocados en la provincia de Corrientes y en el Paraguay, bloquearon el río de La Plata, exigiendo la libre navegación de este.

El restaurador de las leyes, Juan Manuel de Rosas, estaba al frente del gobierno de Buenos Aires y con el apoyo del general José de San Martín, consiguió una resistencia que iba a hacer historia.

Tres cadenas atravesaban el imponente Paraná de costa a costa sostenidas en veinticuatro pequeños barcos, diez de ellos cargados de explosivos. Detrás del precario mecanismo, esperaba hazañosamente a las flotas más poderosas del mundo.

La Vuelta de Obligado, un estrecho ángulo del río Paraná donde el cauce de las aguas se angosta y gira, fue la clave de la victoria. Los invasores querían entrar por ese río pero las tropas nacionales, al mando de Lucio Mansilla, consiguieron anticiparse gracias al conocimiento de ese espacio.

Juan Bautista Alberdi, claro enemigo del “restaurador”, comentaba desde su exilio chileno: “En el suelo extranjero en que resido, en el lindo país que me hospeda sin hacer agravio a su bandera, beso con amor los colores argentinos y me siento vano al verlos más ufanos y dignos que nunca. Guarden sus lágrimas los generosos llorones de nuestras desgracias aunque opuesto a Rosas como hombre de partido, he dicho que escribo con colores argentinos: Rosas no es un simple tirano a mis ojos; si en su mano hay una vara sangrienta de hierro, también veo en su cabeza la escarapela de Belgrano. No me ciega tanto el amor de partido para no conocer lo que es Rosas bajo ciertos aspectos. Sé, por ejemplo, que Simón Bolívar no ocupó tanto el mundo con su nombre como el actual gobernador de Buenos Aires; sé que el nombre de Washington es adorado en el mundo pero no más conocido que el de Rosas; sería necesario no ser argentino para desconocer la verdad de estos hechos y no envanecerse de ellos”. (www.REALPOLITIK.com.ar)


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