1 de agosto de 2018 | Provincia
“La gobernadora asegura que está todo bien, pero no come vidrio”, le confió un vecino al periodista de REALPOLITIK que descubrió a la gobernadora María Eugenia Vidal en la esquina de 151 y 66 de Los Hornos. Había algo de cierto en sus palabras. Con su publicitada guerra a las mafias del Conurbano bonaerense en pleno apogeo, cuando tiene que recorrer el territorio lo hace acompañada de una imponente escolta policial.
Con las encuestas señalando un retroceso en lo que hasta hace pocos meses parecía ser una imagen política intocable, impermeable a las crisis que pudieran sacudir la intención de voto del presidente Mauricio Macri, la gobernadora decidió encarar personalmente la estrategia que prácticamente es una marca registrada en Cambiemos: Los timbreos.
Con el lamentable antecedente del ex ministro bonaerense y actual titular de la cartera de Educación nacional, Alejandro Finocchiaro, quien se acercó a los vecinos ofreciendo productos del ministerio de Desarrollo a cambio de una foto, la gobernadora prefirió el apretón de manos y su incansable sonrisa.
No obstante ello, la seguridad continúa siendo una materia espinosa, de difícil resolucion. Si bien continúa presentando a los vecinos como humildes trabajadores que impulsan a una provincia mejor, lo cierto es que a la hora de ir a verlos personalmente sus asesores en materia de seguridad prefieren tomar los recaudos necesarios, con patrulleros vigilando cada puerta y ventana, cortando la calle y custodiándola incluso dentro de las casas particulares. (www.REALPOLITIK.com.ar)