11 de octubre de 2018 | Campo
Los productores porcinos están preocupados por el aumento en las importaciones de carne porcina, la industria del biodiésel pierde mercados, funcionarios de primera línea se burlan de los tamberos, y la lista sigue.
Esta cadena de valor no gana para sustos y, tras meses de rumores, se confirmó la vuelta de los derechos de exportación. En este contexto por demás inestable, los fabricantes de maquinaria agrícola argentinos ven caer sus ventas en cada balance, y además pierden terreno frente a las poderosas multinacionales del rubro.
La sequía de la última campaña de granos, que recortó en 20 millones la cosecha de soja, la elevada inflación y la imposibilidad de acceder a créditos para financiar la compra de maquinaria son algunas de las variables que pegan fuerte entre los fabricantes.
Un repaso por las estadísticas permite visualizar esta situación. De acuerdo al Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC), en el segundo trimestre de 2018, las ventas de maquinaria agrícola cayeron en un 7,5 por ciento en relación al mismo período del año anterior. Uno de los rubros más afectados fue el de las cosechadoras, que registró un descenso del 52 por ciento en este período.
En unidades vendidas, se perciben caídas en los principales rubros. Así, a la caída de ventas en cosechadoras se suman productos de fuerte presencia en el mercado local, como tractores, implementos y sembradoras, que registraron bajas de 27,9; 23,6 y 20,5 por ciento, respectivamente, de acuerdo a INDEC.
De cara a un cierre de año caliente, las proyecciones para este sector no son las mejores. Los fabricantes nacionales reclaman una y otra vez que la falta de crédito es una de las causantes de la caída en la comercialización de estos productos. Así, subsisten vendiendo cosechadoras y tractores, pero visiblemente por debajo de los números de 2017.
Uno de los rasgos característicos de la industria de la maquinaria agrícola nacional es la fuerte presencia que tiene en las localidades del interior productivo argentino. Los casos en donde estas pymes son las principales empleadores en la zona de influencia de la fábrica son una postal frecuente.
Pero la realidad indica que estas empresas están con marcados excesos de stocks, a causa de las caídas en las ventas, y hacen verdaderos malabares para no alterar su rutina laboral. No es exagerado afirmar que estas firmas son la columna vertebral de muchas localidades en Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba.
¿Cómo es la situación de estos fabricantes frente a la apreciación del tipo de cambio? Si bien el dólar quedó “más competitivo” para vender al exterior, desde la Cámara Argentina de Maquinaria Agrícola (CAFMA) plantearon un escenario complejo. En declaraciones periodísticas, la entidad resumió la actualidad de este sector: “Nuestras empresas son pymes y la falta de crédito también nos golpea, necesitamos capital de trabajo y nos encontramos con tasas del 60 por ciento”, manifestaron.
Entre los años 2011 y 2015, los fabricantes de maquinaria agrícola contaban con herramientas crediticias que permitían sostener ventas en el mercado local, como el caso del financiamiento a tasa subsidiada del Banco Nación, con un 11,5 por ciento de interés.
Para encontrar algún crédito similar durante los últimos dos años, la única oferta disponible se pudo encontrar en las grandes ferias, como Expoagro. Durante los días que dura la exposición, se ofrecen tasas atractivas, pero es una medida a cuentagotas para un sector que necesita una política integral en materia crediticia (www.REALPOLITIK.com.ar)