Los agentes que se observan en el video debían cumplir su turno de doce horas. Sin embargo, los jóvenes oficiales no parecían estar en las mejores condiciones para atender el servicio que les correspondía.
Ante su claro desequilibrio y olor a alcohol, se decidió practicarles los correspondientes test de alcoholemia que develaron el verdadero estado de ebriedad en el que estaban ambos efectivos policiales. El número detectado en ambas pruebas no sólo demostraba que los agentes estaban borrachos, sino que ni siquiera podían volverse solos a su casa por superar el máximo permitido para conducir.
Mientras que uno tenía 0,9 ml. de alcohol en sangre, el otro superaba aquel número ascendiendo a 1,1 ml. Aunque no trascendió formalmente, la sanción deparada para ambos efectivos seguramente no será liviana, visto el insólito acto de irresponsabilidad. (www.REALPOLITIK.com.ar)