18 de marzo de 2019 | Judiciales
La situación en el departamento judicial de Azul no es nada simple visto que en Olavarría, de las cinco fiscalías que existen, sólo dos actualmente tienen titulares a cargo. Esta cuestión no sólo produce una justicia lenta que llega cuando ya carece del propio concepto de justicia, sino que atormenta a los agentes que se desempeñan en estos espacios que deben hacer el doble de trabajo.
Desde la Asociación Judicial Bonaerense denunciaron la situación a través de una carta firmada por el delegado regional, Diego González, quien advirtió a medios locales que lo único que se hace es poner parches a las situaciones que se van presentando, evidenciando que no hay un cambio de fondo que permita una regularización.
El problema más importante es que el número de causas va aumentando pero no así la cantidad de agentes que desempeñan tareas administrativas. Esto no sólo propone un cuello de botella a la justicia práctica, sino que lleva a que los empleados terminen exhaustos tras su jornada laboral.
De las cinco fiscalías mencionadas en el primer párrafo de este artículo, hay dos que se encuentran frenadas por sendas licencias de los responsables de las mismas. Por otro lado, hay una tercera fiscalía que nunca encontró reemplazante -en esos tiempos lentos y burocráticos del estado en sus diferentes niveles- luego que Martín Pizzolo presentase su renuncia hace casi ya un año.
Para culminar con las desavenencias, cabe destacar el estado paupérrimo de los edificios judiciales, en los cuales, en algunos, los baños ni siquiera funcionan o están prácticamente inutilizables por la falta de mantenimiento. En este sentido, quien deberá hacer oír la voz en la procuración es el propio fiscal General, Marcelo Alberto Sobrino, que tendrá que elevar si considera el petitorio al procurador Julio Conte Grand para que tome cartas en el asunto. (www.REALPOLITIK.com.ar)