Guillermo Castro, Investigador Superior del CONICET, dialogó en los estudios de RADIO REALPOLITIK (www.realpolitik.fm) sobre el estado del organismo que integra, su experiencia como investigador y la falta de respuesta por parte del gobierno nacional. “Hay un desfinanciamiento masivo a todo nivel y una gran desvalorización de los subsidios, salarios y becas, algo que es inaudito en la historia del CONICET”, aseguró.
A continuación, lo más destacado de la entrevista.
RP: ¿En qué situación está el CONICET?
Es un momento muy crítico de la ciencia argentina y es muy importante que divulguemos la situación en la que nos encontramos; hace cuatro años venimos de esta manera y ahora estamos tocando fondo. Hay un desfinanciamiento masivo a todo nivel y una gran desvalorización de los subsidios, salarios y becas, algo que es inaudito en la historia del CONICET.
Creo que estamos peor que en el 2001; la situación social es muy desfavorable y el humor del ciudadano está bastante destruido por todas las políticas económicas que desarrolló este gobierno. Hay una exclusión del sistema científico - tecnológico muy alto; de hecho en la última presentación a la carrera de investigador científico, mas de 2 mil doctores, con al menos 5 años de posgrado financiados por el estado, quedaron en la calle. La situación es trágica porque no es selección por calidad sino un problema de exclusión.
RP: ¿Qué rol cumple en el CONICET?
Soy supervisor de un área que se denomina laboratorio de nanobiomateriales. Nuestro objetivo es trabajar con nanobiotecnología y fundamentalmente desarrollamos sistemas para encapsulamiento y liberación de moléculas que presentan problemas por inestabilidad o por alta toxicidad. Tenemos siete proyectos centrados en fibrosis quística y trabajos en relación al cáncer que nos han dado muy buenos resultados.
Hay un problema muy serio con los fármacos que es la aparición de multiresistencia, eso sucede a nivel microbiano y por ende los antibióticos no dan abasto; hay que combinar antibióticos o generar nuevos, pero esto implica un costo de tres mil millones de dólares y 10 años de muchísimo trabajo. La otra opción es reposicionar fármacos, y en eso trabajamos, para desarrollar formulaciones que reduzcan la toxicidad y aumenten la efectividad en búsqueda de mejorar la vida del paciente y extender el funcionamiento de esos fármacos por períodos más prolongados.
RP: ¿Qué opina sobre el ministerio de Ciencia y Tecnología?
Es un desastre. Los funcionarios no dan respuestas y las pocas que dan son efímeras; sacaron un comunicado diciendo que van a entregar aproximadamente mil millones, pero el presupuesto de ciencia y técnica ha disminuido un punto, como mínimo, del producto bruto interno respecto del gobierno anterior.
RP: ¿Cómo es ser científico fuera del país?
Yo también soy una víctima de Cavallo; me doctoré en 1992 y justo en ese año se decidió cerrar los ingresos a la administración pública nacional por lo que estuve tres años sin saber si podía trabajar. En 1995 ingresé a la carrera; luego de un año obtuve una beca norteamericana y me fui por dos años donde desarrollé nuevas técnicas para generar biotransformaciones y nuevos tipos de moléculas que tuvieran actividades biológicas diferentes a las que estaban. Cuando volví al país no recibí subsidios y me negaron los becarios. Nosotros hacemos ciencia aplicada, lo que requiere de un laboratorio y de fondos porque los reactivos son todos importados. (www.REALPOLITIK.com.ar)