Yo cumplí. Él cumplió. Ese fue el día en que yo fui protagonista de una noticia que cubrió Héctor Ricardo García.
Nunca imaginé que con los años me transformaría en un símbolo más de esa marca nacional y popular de noticias que hoy es tan parte de mí como mi documento de identidad.
Él, sin saberlo, me pondría con los años mi segundo apellido: Cúneo de Crónica.
Los genios no se entienden, solo se disfrutan.
Se fue mirando televisión y tal vez esperando que hubiéramos aprendido algo de tanta docencia. De mi parte, solo trabajar para pagar la deuda que todos los periodistas tenemos con él papá de una marca tan popular como Perón, tan nuestra como Malvinas, con tanta pasión como Maradona y tan compañero como el mate.
Me quede pensando cómo hubiera titulado su partida ...
“Dios, para las rotativas, espera que llegue Héctor Ricardo García”, tal vez.