9 de septiembre de 2019 | Provincia

Un futuro difícil

El próximo gobierno bonaerense deberá readecuar la deuda provincial o administrar miseria

Los datos de la deuda bonaerense hacen pensar que la gestión entrante tendrá que arreglárselas para pagar las obligaciones contraídas y achicar el nivel de rojo financiero. En este sentido, la inversión en infraestructura, teniendo en cuenta la crisis social, deberá ser cuasi nulo.

Las perspectivas de la próxima gestión bonaerense se eclipsan al ritmo de la contracción de la economía nacional. En una suerte de dominó, la perspectiva macro determina un momento difícil para el próximo gobernador, sumado a las malas decisiones en materia de toma de deuda que la provincia ha ejecutado, hacen un cóctel difícil de timonear en un barco que se hunde en materia financiera.

El estado bonaerense hoy debe más de 70 mil millones en moneda extranjera que deberá pagar antes de fin de año. De esos, 60 mil millones son en dólares y más de 10 mil millones en euros. En este sentido, la devaluación post PASO acrecentó lo adeudado si se piensa en pesos, comprometiendo seriamente estos vencimientos que, como se advirtió, deben cancelarse a la finalización del 2019. Todo esto podría promover una posible negociación, al igual que lo hizo nación, para poder llevar a cabo los cumplimientos.

Hoy la deuda que Buenos Aires tiene se cuadruplicó respecto a la que dejó la gestión de Daniel Scioli, no sólo por la toma de obligaciones sino por la emisión de bonos en dólares que financian a la Nación y determinan un desbalance monetario de los más importantes si se repasa la situación del resto de las provincias.

De esta manera, desde el circulo económico de Axel Kicillof hay una gran preocupación por asumir una gestión que sea puramente administrativa y que se dedique, como hizo la anterior a la de María Eugenia Vidal, a pagar y mantener a los bonaerenses en un presente donde los avances son exiguos en materia de infraestructura y beneficios para mejorar su vida cotidiana.

La realidad indica que a nivel político Buenos Aires funciona muchas veces como un salvavidas de la Nación, que se activa en momentos de crisis para financiar sus desaciertos. Hoy ese salvavidas se hunde a costa de que la gestión de Mauricio Macri llegue a diciembre. Sin embargo, lo comprometido en esta ocasión no sólo es el presente, que bastante negro se presenta valga la redundancia, sino que las perspectivas a futuros son aún peores.

Lo cierto es que siempre se ha dicho que la provincia es inviable -más allá que los slogan de campaña marquen cuestiones contrarias- y la realidad da razón a esa máxima que deberá afrontar la próxima gestión que administrará los destinos de los bonaerense. El debate el año que viene será cómo gestionar miseria sin morir en el intento y una clara prueba de eso lo da el dato no menor de que ningún gobernador llegó a la presidencia de la nación. (www.REALPOLITIK.com.ar)