4 de febrero de 2020 | Provincia

El fondo más importante del mundo

Fidelity, el fondo que desvela a Kicillof y traba la negociación con los acreedores

Se acercan las posiciones con el principal acreedor de la provincia de Buenos Aires y, como lo adelantó este medio, el presidente Alberto Fernández daría una mano para resolver el problema.

Alberto Lettieri

Luego de un fin de semana agitado, en el que el gobernador Axel Kicillof pasó en virtual estado de aislamiento para decidir cómo continuar con las negociaciones para el pago de la deuda provincial bonaerense, aparecieron las primeras señales positivas. 

En el interim, se supo que el principal obstáculo que enfrenta el gobierno provincial es la obstinación del fondo de inversiones Fidelity, el más grande del mundo y principal acreedor bonaerense, que considera insuficiente la propuesta de pago del 30 por ciento del monto del vencimiento de febrero, y no aceptaría menos del 50 por ciento para cambiar su posición. 

Hay dos razones que están detrás de esa posición irreductible. Las regulaciones financieras que rigen en los Estados Unidos y una decisión táctica de no aceptar un porcentaje tan bajo, ya que se considera que sería un mal precedente respecto de la posterior negociación que Fidelity deberá encarar con el gobierno nacional por sus tenencias de deuda soberana de la Argentina. 

Si bien en un primer momento el ministro Martín Guzmán aseguró que el estado nacional no estaba en condiciones de asistir al estado bonaerense, fuentes cercanas a Alberto Fernández aseguraron que anoche Alberto Fernández se habría comunicado con Axel para recomendarle que acepte las condiciones de Fidelity y evite caer en el default, ya que sería un pésimo antecedente para la renegociación general de la deuda soberana argentina. Naturalmente habría algún tipo de auxilio de las finanzas nacionales para afrontar el pago, tal como lo anticipáramos el sábado pasado. 

En los últimos días el gobierno nacional ha considerado en profundidad las consecuencias de la caída en default de la provincia de Buenos Aires. Por la positiva, algunos sostenían que una caída en default de la primera provincia argentina, desprovista de ayuda del estado nacional, sería una señal incuestionable del gravísimo estado financiero que se heredó de la gestión de Mauricio Macri, con el aval del FMI. Si, en cambio, el estado nacional salía en su auxilio, podría tomarse como una señal de que la situación no era tan crítica y los acreedores privados plantearían una negociación durísima para el reperfilamiento de sus tenencias. 

Por la negativa, que es la que -a la postre- parece haberse impuesto, se señalaron las consecuencias impredecibles que un default bonaerense podría tener no sólo para la renegociación de deudas, sino también para la marcha general de la economía argentina.

Finalmente el presidente tomó la determinación de auxiliar al gobernador bonaerense, tal como ya lo había hecho durante la discusión sobre las reformas impositivas en la provincia. 

El fondo Fidelity maneja la mayoría de las jubilaciones y pensiones en los Estados Unidos, con un capital superior a los 420.000 millones de dólares. Sus estatutos le impiden aceptar el porcentaje ofertado por el gobierno provincial, aunque una mejora al 50 por ciento destrabaría el conflicto. 

A diferencia de un fondo que maneja dinero de grandes inversores, Fidelity tiene en sus manos el dinero de varios fondos de pensión norteamericanos.

La sugerencia de los acreedores que recibió el gobierno provincial plantea hacer una división entre pequeños y grandes tenedores de deuda, tal como se hizo en los canjes de 2005 y 2010. A los pequeños se les podría pagar la totalidad de sus acreencias, o estirar limitadamente los plazos, mientras con los grandes inversores podría encararse una negociación a mediano y largo plazo. 

Si bien no hay aún una resolución definitiva, las cosas parecen comenzar a encaminarse. No debe olvidarse que Fidelity fue uno de los principales fondos que se encargaron de la renegociación de la deuda en 2009, y si bien hay cierta tirantez ahora, de ninguna manera puede hablarse de una ruptura. 

Es, justamente, la decisión de este fondo la que determinará si Axel alcanza la aprobación del 75 por ciento de los deudores requeridos por la reglamentación respectiva. Por lo que parece, la sangre no llegará al río. (www.REALPOLITIK.com.ar)