En la provincia de Misiones circulan los rumores más diversos, la mayoría bastante preocupantes. ¿Está en su casa internado con respirador? ¿Falleció su madre víctima del COVID-19? ¿Fue él el agente transmisor, al regresar de su reciente viaje a Tailandia?
La situación es realmente preocupante, ya que, al retorno de ese viaje, Rovira se burló públicamente de las medidas restrictivas adoptadas por el gobierno nacional, no hizo ninguna clase de cuarentena y compartió el acto de inicio del ciclo lectivo con la primera dama, Fabiola Yañez, varios ministros nacionales -Mario Meoni y Nicolás Trotta, entre ellos-, el presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, Sergio Massa, el gobernador Oscar Herrera Ahuad y la mayoría del gabinete provincial.
Desde hace varios días Rovira no aparece y la intranquilidad se extiende por la provincia. Un hombre público en una situación como la actual, con los referentes de primer nivel de la nación y de la provincia con los que estuvo en contacto, deberían salir a aclarar públicamente la situación. Pero no lo hace. Sigue guardado.
La situación sanitaria de la provincia es gravísima. El dengue arrasa todo su territorio. Hay 6444 casos confirmados y los trabajadores de la salud reciben apremios y amenazas constantes para silenciarlos.
Lo más preocupante es que ya han aparecido los primeros muertos con dengue, sin que se aclaren las razones de sus decesos. Muchos afirman que se trata de casos de COVID-19 que no se blanquean.
En este contexto se produjo el pase a la clandestinidad de Carlos Rovira. Una situación que debe ser aclarada. Por el bien común. (www.REALPOLITIK.com.ar)