16 de abril de 2020 | Judiciales
Todo proceso de divorcio suele estar acompañado por momentos de discordia, algunos en mejores términos y otros no tanto. La ruptura conyugal trae aparejada una serie de demandas por ambas partes que -a veces- no son satisfechas, lo que deriva en la intervención judicial. Este es el caso de Ramón, casado con Patricia Susana Flores desde diciembre de 1984, quienes tuvieron dos hijos varones (34) y (32) y una mujer (30). En 1987 contrajeron un crédito del Banco Hipotecario para construir su primera casa, pero el devenir de la familia y del inmueble no fue el esperado por aquellos tiempos.
Después de más de una década unidos matrimonialmente, decidieron desvincularse en el 2001, según consta en el expediente judicial Nro. 339, tramitado ante la primera secretaría del Tribunal Colegiado de Familia Nro. 3 de Santa Fe.
“En el 2000 me sacó la jueza de mi casa, todo de prepo. La pesqué a mi ex mujer con un amor extramatrimonial pero ni la toqué. Ella se movió enseguida y me hicieron la cama sin derecho a defenderme bajo ningún tipo de vista”, relató Ramón como el origen del conflicto. En este sentido, el santafesino contó que su ex mujer le hizo “una denuncia por malos tratos, daño psicológico y violencia física”. Aunque, se defendió: “Es todo mentira, mis hijos son testigos; esa mujer está loca y rayada”.
Con respecto a su defensa a lo largo del proceso judicial -que continúa y recién en 2010 llegaron a un divorcio por causa común-, indicó que peleó durante años “con abogados que se bajaban”. Y agregó: “Son tránsfugas que me fueron sacando plata”.
Asimismo, afirmó tener un “candado jurídico que cuando te lo ponen en Santa Fe, te jodés”. En esta línea, comentó el papel que jugó la Justicia santafesina en su causa: “La jueza Sciarrou, que estuvo hasta 2003 y después pasó a la Corte Suprema de Santa Fe, tenía como secretaria a la abogada de mi ex mujer: Sara Cadoche de Albalinski”.
Sobre la defensora de la madre de sus hijos, Ramón disparó: “Me falsificó un documento en el que supuestamente yo acepté que era violento”. También, la acusó de otra maniobra fraudulenta: “Además me hizo un juicio sucesorio con la patrocinación de ella”. En tanto, detalló que actualmente está dando clases en la facultad de Derecho de Rosario, donde se fue “por vergüenza ya que la echaron de Santa Fe al sustraer un expediente y por eso le sacaron la matrícula”.
LA CAUSA Y LOS HIJOS
Luego de la jueza Sciarrou, continuó el doctor Raúl Francisco Fosero, juez del Tribunal Colegiado de Familia Nro. 3-2A. Su desempeño fue hasta el año pasado, momento en el que ingresó “un juez de Rosario”, con el que quiso hablar pero le “cuartan toda posibilidad de diálogo”.
En cuanto a sus tres hijos, el denunciante sostuvo que “su madre tenía su tenencia, pero los descuidó”. Contó que ella “se iba un viernes y aparecía el domingo a la noche”, y al respecto sentenció: “Los dejaba tirados en casa, les hizo una vida totalmente desgraciada; tampoco les daba de comer ni les cocinaba”.
Igualmente, Ramón se refirió a que todos estos sucesos fueron narrados a sus abogados y secretarias de los jueces, “pero siempre fue desoído totalmente”. Hoy en día, sus hijos -ya mayores- tienen formadas sus propias familias y su padre afirma que, en su momento, dejaron de convivir con “esa mujer” porque sino “se mataban todos”.
Con sus 65 años, relató que está tratando de tramitar su jubilación -la mínima-: “Tengo 27 años de aportes, pero tendría que seguir trabajando hasta que las velas ardan”, confesó. Con respecto a su actividad laboral, aseveró que es albañil y que no puede acceder a “los 10 mil pesos del bono IFE (Ingreso Familiar de Emergencia) que otorga el gobierno”.
Del mismo modo, afirmó que está viviendo en una casa que alquila su madre “con la pensión de su difunto marido”, pero supone que cuando no esté ella, se queda “en la calle”. Igualmente, se refirió a una casa “precaria y en un barrio humilde” de su familia materna, aunque son cinco hermanos para “un futuro trámite sucesorio”.
Por último, explicó en concreto cuáles son sus demandas. “Nunca pude ingresar a un plan de vivienda y recién en el 2013 terminé de pagar la casa donde vive mi ex mujer”, criticó y agregó: “Exijo división de bienes al 50 por ciento, más el canon locativo que me deben hacen doce años”.
Y finalizó resaltando que dejó de pagar el impuesto municipal en el 2015, porque no sabe si el día de mañana “va a ser mía la casa”. (www.REALPOLITIK.com.ar)