En tiempos de pandemia, el alcohol en gel pasó a ser un elemento cotidiano para la sociedad. También la lavandina y demás insumos que son utilizadas para la higiene. Sin embargo, el Astillero paradójicamente a lo que representa su historia y teniendo en cuenta los recursos que ostenta, implementó un sistema para desinfectar por demás precario.
Anacrónico a las precauciones de cuidado por la emergencia sanitaria nacional, el ícono ensenadense comenzó a utilizar una especie de ducha mezclada con alcohol en gel, para el ingreso de los trabajadores antes de realizar sus tareas habituales.
Según sostienen los ingenieros, expertos en la materia, lo adecuado son cabinas sanitizantes que deben permanecer cerradas a modo de cubículo. Mediante aspersores, se rocía a las personas con la cantidad de mililitros exactos de desinfectante. No obstante, el ex embajador en Bolivia demostró –por ahora- que no está a la altura de las circunstancias. (www.REALPOLITIK.com.ar)