Hay un punto de tolerancia, no es “no querer” sino “no poder”; y esto el gobierno lo empezó a entender. Quedó demostrado con esta flexibilización.
El umbral de la paciencia llegó a un límite (no desde la maldad, lo partidario o político sino desde la angustia). Por eso es entendible esta combinación estricta - flexible. La angustia está presente tanto en el que perdió el trabajo como en el que cerró un comercio o en aquel que cobra su sueldo pero no puede ver a su familia o amigos. Todas las angustias son entendibles, por eso creo que ahora el gobierno dejó de enojarse con la realidad.
El estado es limitado y lo venimos viendo desde hace cuatro meses, por ello dejaron librado el cumplimiento a la madurez de cada argentino.
Estamos viendo que la moderación en el discurso frena la caída de la imagen: hoy Alberto Fernández está entre 40 y 42 puntos de imagen positiva, después de tener un pico de casi 70 puntos.
“Ojo, moderación no es lo mismo que estar todos juntos”.
(*) Aníbal Urios es director de DyC consultores.