Una casa histórica, con más de medio siglo de antigüedad, especializada en formar profesionales del mundo de la música o de la danza. Así definen a la ESPEA Nro. 2 en la provincia norteña, dada su trayectoria en cuanto a la enseñanza de las disciplinas artísticas. Sin embargo, después de mucho tiempo de lucha por parte de la comunidad para conseguir un nuevo edificio –el anterior fue clausurado por incumplimiento del pago de alquiler por el estado santiagueño– la realidad actual es triste y angustiante.
Las autoridades de la institución promotora de la cultura chaco-santiagueña aceptaron trasladarse a una ex clínica privada, pero sin antes haber evaluado las condiciones higiénicas y sanitarias adecuadas. Olores pútridos, nauseabundos, polvo y tierra ambiental, roedores y toda clase de alimañas fueron parte del escenario de bienvenida. Lejos de resolverlo mediante la desinfección correspondiente, depositaron pastillas desinfectantes y entregaron “Lysoforms”.
Además, como se advierte en las imágenes, la sala de parto convertida en aula de piano no cumple con los estándares mínimos para el desarrollo normal de las actividades: camillas y elementos quirúrgicos todavía conviven allí. Por otra parte, la terraza cercana al tanque de agua evidencia un panorama de abandono con baldes tirados y vidrios rotos, inmersos en un espacio físico de total suciedad.
Como si fuera poco, al menos tres profesores padecen enfermedades linfáticas y cancerígenas, mientras que otras personas atraviesan problemas tiroideos y respiratorios. Asimismo, una alumna está llevando a cabo un tratamiento contra la leucemia, con un diagnóstico muy delicado. La pregunta que cabe formularse es qué tienen en común todas estas afecciones, para lo cual no se descarta que hayan sido infecciones por un virus intrahospitalario, dado que no se desinfectó correctamente antes de habilitar el lugar.
No obstante, en tiempos de prioridad sanitaria, ante la pandemia que azota a toda la humanidad, el gobierno provincial, conducido por Gerardo Zamora, prefirió destinar la exorbitante suma de más de 115 millones de pesos para la colocación de un sistema de iluminación artificial en el Estadio Único de Santiago del Estero, que ya lleva más de 43 millones de dólares gastados en su construcción. La salud y la cultura de la sociedad santiagueña no parecen tener relevancia para el gobernador radical. (www.REALPOLITIK.com.ar)