22 de septiembre de 2020 | Provincia
Los odontólogos comenzaron sus reclamos durante las primeras semanas de cuarentena cuando vislumbraron que los proveedores de insumos, atentos a la oferta y demanda por la irrupción del coronavirus, comenzaron a duplicar y hasta triplicar los precios de productos esenciales para la profesión. A modo de ejemplo, en el mes de febrero los guantes costaban –en promedio –unos 260 pesos. Actualmente rozan los mil pesos.
En este contexto, los odontólogos se congregaron en la sede de la Sociedad Odontológica, en la calle 13 entre 46 y 47 de la capital bonaerense, y luego se trasladaron a las oficinas del Instituto Obra Médico Asistencial (IOMA) en busca de una reunión con las autoridades. Horas después, se fueron con las manos vacías.
El reclamo general fue el de la regularización de los pagos, especialmente teniendo en cuenta un contexto en el que, en la práctica diaria, los profesionales del rubro constituyen “el primer vector de contagio por coronavirus”. Además, aseguraron no contar con salarios dignos y, enfurecidos, acusaron a la Sociedad Odontológica de “corrupta” y “cómplice de IOMA”.
Sobre las mismas escalinatas de IOMA y, megáfono en mano, los profesionales suplicaron que Homero Giles “deje de estar tirado en un sillón y nos reciba. Si estamos acá es porque hicimos muchos petitorios y nadie nos recibió”.
Es importante destacar que, desde la irrupción de la pandemia, los odontólogos se han visto obligados a adoptar medidas de bioseguridad (esterilización de los materiales de trabajo) que genera aún mayores costos en la actividad. Esto debe llevarse adelante en un contexto de salarios congelados y un notorio retraso en los pagos por parte de IOMA.
LOS ACOMPAÑANTES TERAPÉUTICOS TAMBIÉN SE MOVILIZARON
En el caso de los acompañantes terapéuticos el reclamo es similar. El grupo partió del ministerio de Salud y pasó por gobernación. Según supo REALPOLITIK, “el reclamo es el mismo que predomina en todo el área de salud, que tiene que ver con reivindicaciones salariales, sanitarias y numerosos retrasos en los pagos de IOMA”.
Los acompañantes terapéuticos fueron acompañados por enfermeras de diferentes hospitales bonaerenses, quienes aseguraron trabajar “en la más absoluta precariedad”. En éste sentido, es necesario tener en cuenta que no existe actualmente un marco legal que regule la práctica de los acompañantes terapéuticos, por lo que funcionan como monotributistas.
En una reunión con las autoridades del IOMA, Giles reconoció una deuda de más de 70 millones de pesos con los acompañantes terapéuticos, que el organismo paga “a cuentagotas”.
En diálogo con REALPOLITIK, representantes del sector coincidieron con los odontólogos al asegurar que “si IOMA paga tres meses al año no podemos hacernos de un sueldo digno. Pero pareciera ser en vano hablar con Homero Giles, siempre responde con soberbia, como si el dinero del IOMA fuera suyo. No es así, el dinero de IOMA es de todos sus afiliados”. (www.REALPOLITIK.com.ar)