5 de mayo de 2021 | Provincia
Durante las últimas semanas, las clases presenciales han estado en el centro de la atención mediática en toda la provincia de Buenos Aires y en la Capital Federal. A pesar de que el presidente Alberto Fernández decretó su suspensión, colegios privados de todo el territorio decidieron recurrir a la Justicia para frenar la medida y familias de toda la provincia salieron a las calles en protestas que se reprodujeron en numerosos municipios.
A pesar de los amparos judiciales, las protestas de los colegios y los cacerolazos de las familias, el gobernador Axel Kicillof se plegó a la totalidad de las medidas del presidente Fernández y dobló la apuesta, exigiendo mayores restricciones de la mano de su ministro de Salud, Daniel Gollán.
Sin embargo, y en una insólita medida que desconcertó incluso a los propios funcionarios de la gestión bonaerense, lanzó la resolución 1490-DGCYE-2021 para la aprobación de un protocolo para la apertura de kioscos escolares en establecimientos educativos de gestión estatal y privada.
La medida, refrendada por la subsecretaría de Administración y Recursos Humanos y la dirección general de Cultura y Educación, que dirige actualmente Agustina Vila, propone habilitar no sólo los kioskos sino también las librerías y centros de copiado escolares en establecimientos educativos.
De forma contradictoria, las decisiones del gobernador Kicillof confundieron incluso a los funcionarios de la propia gestión bonaerense. Por extraño que resulte, en la provincia de Buenos Aires los colegios permanecerán cerrados, pero ya pueden abrir los kioscos, librerías y centros de copiados que funcionen dentro de los mismos. (www.REALPOLITIK.com.ar)