13 de septiembre de 2021 | Nacionales
"Tengo por delante dos años de gobierno, no voy a bajar los brazos”, comunicó el presidente a los pocos asistentes al búnker de Chacarita. En realidad no se refería a los déficits de su gestión, a los que minimizó con la afirmación de que “algo no habremos hecho bien”, sino a sus infundadas expectativas de reelección en 2023.
Aunque resulte difícil de procesar para cualquier ser humano racional, después de haber sido vapuleado en 18 de las 24 provincias -entre ellas las decisivas de Buenos Aires, Córdoba, Entre Ríos, Santa Fe, Mendoza y la CABA-, Alberto aún cree posible su reelección.
En Buenos Aires la realidad del escrutinio destruyó la ilusión de las bocas de urna. En Córdoba, el kirchnerismo hizo la peor elección de su historia, sacando menos de 11 puntos tanto en senadores como en diputados, ocupando el tercer puesto en el comicio. La estrategia de mojarle la oreja a Juan Schiaretti los hundió a ambos.
Entre Ríos fue otro caso que anunciaban las encuestas, pero que el Gobierno se empecinó en ignorar. Desde 2017 al menos Rogelio Frigerio es número puesto en la provincia. Este domingo lo refrendó.
En Santa Fe, el gobierno consiguió la victoria en la interna aliado con el gobernador Omar Perotti, pero perdió por más de 10 puntos contra Juntos por el Cambio. El resultado era previsible de antemano. Ni lo registraron.
"Tengo por delante dos años de gobierno, no voy a bajar los brazos. Necesito de la colaboración de cada argentino. Nada quiero más que terminar este mandato con un país en pie, sin pobre y con gente con trabajo”, afirmó Alberto en su discurso nocturno de este domingo.
Que le avisen que, hasta ahora, tomó la ruta equivocada.
Pero lo más preocupante es la sistemática negación de la realidad en la que se manejan el presidente y su entorno.
“Menos Bob Dylan y Lito Nebbia y más Perón”, sería tal vez una excelente sugerencia para cualquier político pragmático. No para un “socialdemócrata” o “liberal de izquierda”, más propenso a irse a naufragar con su barca que a sacar al país adelante.
Pensar en la reelección después de una paliza de este tipo requiere de mucha imaginación. O de un escaso vínculo con la realidad. (www.REALPOLITIK.com.ar)