Cuando la ola de contagios pareciera aumentar drásticamente y comienza a batir tristes récords que se creían superados, un informe de distribución y utilización de vacunas del ministerio de Salud de la Nación dejó al gobierno de Jorge Milton Capitanich muy mal parado.
En efecto, se trata de un documento que detalla, provincia por provincia, la cantidad de vacunas recibidas, las aplicadas en primeras y segundas dosis, al igual que en aplicaciones únicas, adicionales y en concepto de refuerzo. Estos números dejaron entrever una preocupante desidia por parte del gobierno del Chaco con respecto a la aplicación de vacunas contra el COVID-19.
De acuerdo al informe, la provincia del Chaco lleva recibidas 2.185.052 vacunas, se las cuales sólo aplicaron 1.621.460, lo que deja un margen de 563.592 vacunas contra el COVID-19 sin aplicar. En el acuciante contexto sanitario que atraviesa el país, no son pocos los especialistas que aseguraron que una aplicación del 74 por ciento, simplemente, es ineficaz.
Agravando la situación, el medio chqueño Infoqom reveló que hay un stock de aproximadamente 80 mil dosis de vacunas Pfizer que se habrían vencido. La información no pudo ser corroborada oficialmente, dado que las autoridades del gobierno de Capitanich se negaron a entregar los informes solicitados por la Cámara de Diputados.
En las últimas jornadas, numerosas agrupaciones de la región pidieron por la urgente aplicación de las vacunas en stock, especialmente en lo que hace a las dosis de refuerzo, teniendo en cuenta no sólo el alto nivel de contagios sino, además, la certeza de que muchas de ellas pronto superarán su fecha de vencimiento. Hasta el momento, ninguna autoridad del gobierno de Chaco ofreció una respuesta al respecto. (www.REALPOLITIK.com.ar)