Negocio piquetero: 50 pesos por ir al baño en un balde y no abandonar la marcha

La compleja situación económica que atraviesa el país dejó, hasta el momento, un duro saldo en las clases de menor poder adquisitivo, al mismo tiempo que golpeó con fuerza a la clase media que derrapa cada día más hacia los estratos más bajos de la pobreza.

En este escenario, las marchas y los piquetes que asolan a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires se transformaron en parte de un paisaje desolador, que avanza por las principales avenidas de la capital del país.

El saldo con el que se encuentran los que viven en Capital Federal a diario es el de las calles sucias, inundadas en papeles, gomas quemadas, maderas y banderas rotas arremolinándose por las bocacalles. De acuerdo a los informes brindados por el gobierno porteño de Horacio Rodríguez Larreta, son varios cientos de millones al año los que se gastan sólo en limpiar el desolado paisaje que queda después de cada piquete.

Una de las quejas más habituales de los vecinos porteños gira en torno a la falta de cuidados de los piqueteros a la hora de hacer sus necesidades. Orina y excrementos se acumulan en los rincones y debajo de los árboles de las plazas, las mismas en donde al otro día los más pequeños se acercan a jugar.

Encontrado el problema, inventado el negocio. Durante las últimas marchas, referentes piqueteros organizaron un sistema de baños improvisados, creados a partir de carpas verticales. En su interior, hay un balde rojo, con tapa blanca, con capacidad para 60 litros.

Quien quiera hacer sus necesidades, puede acercarse a cualquiera de estas carpas y, por la módica suma de 50 pesos, acceder a una bolsa de residuos verde y un trozo de papel higiénico. Como souvenir, al finalizar con el trámite el cliente puede retirarse con su “regalo” en la bolsa, listo para trasladar en el micro de regreso a casa. En un país en llamas, pareciera que la única industria que crece y se especializa es la de los piquetes. (www.REALPOLITIK.com.ar)