El fantasma de la devaluación

En las últimas horas, el secretario de Programación Económica, Gabriel Rubinstein, debió salir a negar que el gobierno vaya a implementar una devaluación del peso el próximo jueves, tal como indicaban los rumores circulantes en la city. Pero sus declaraciones no consiguieron disolver la incertidumbre que reina en el ambiente financiero.

No es novedad que el mercado descuenta desde hace varias semanas que tarde o temprano el gobierno deberá aplicar un salto devaluatorio, obligado por impacto de una inflación que sigue alta, y que se estima superior al 6,5 por ciento para el mes de agosto. En el fin de semana se intensificaron los rumores, por lo que Rubinstein debió salir a tratar de dar garantías en contrario.

“Les aseguro 100 por ciento que no va a haber devaluación, por lo menos no este jueves”, fue el mensaje poco tranquilizador que envió Rubinstein.

En caso de que la devaluación tuviese lugar pondría el fin a la actual política  de deslizamiento o mini devaluaciones (crawling peg) del Banco Central, y supondría la primera determinación de este tipo tras los saltos cambiarios implementados por Alfonso Prat Gay en 2016, en los inicios del gobierno de Mauricio Macri, y de Axel Kicillof en 2014, en el tramo final del de Cristina.

El audio de Rubinstein agrega: “Les mando esto que salió de Darío (Epstein, economista y director de Research for Traders), que puede ser que no sea razonable, en función de cosas que están apareciendo en Twitter de que el jueves va a haber una devaluación por algo que podría haber pensado yo”.

Los rumores de devaluación le cayeron muy mal al ministro de Economía, Sergio Massa, quien aseguró que denunciaría por terrorismo económico al economista y director de FMyA, Fernando Marull. El editor había publicado en su cuenta de Twitter que eso sucedería "de acuerdo al plan 'secreto' de Rubinstein: el jueves próximo, 1 de septiembre, a las 10.01, el dólar oficial subirá 50 por ciento; a cerca de 200 pesos. Se viene una semana picante en el mercado". 

Pero, más allá de la determinación del gobierno por evitar la devaluación, la devaluación del 4 por ciento del tipo de cambio oficial registrada este mes no alcanza para recuperar un atraso cambiario que hoy estaría rondando el 20 por ciento.

El gobierno necesita urgentemente divisas, pero su disposición para reconocer reembolsos mayores para los sojeros, el dólar tech (para Economía del Conocimiento) u otras opciones de exportaciones terminan por ejercer una mayor presión sobre el  tipo de cambio oficial.

“Todo lo que puedan imaginar que yo estoy a favor del superávit fiscal, del déficit cero, y de la unificación cambiaria en algún momento del tiempo... Si ustedes me dicen, yo claramente estoy en esa línea, pero eso no tiene nada que ver con hacer una devaluación inminente”, insistió Rubinstein.

Así y todo, más allá de la disposición de las autoridades, la incertidumbre ocupa la escena financiera. (www.REALPOLITIK.com.ar)