Mientras Alberto Fernández celebró que este año se cumplieran 40 años ininterrumpidos de democracia, en la Casa Rosada hostigaron y limitaron aún más la tarea de los periodistas acreditados, por expresa orden de la secretaría General de la Presidencia, a cargo de Julio Vitobello.
Mientras un grupo de comunicadores realizaba su trabajo dentro de la casa de gobierno tomando algunas fotografías de los pasillos y las instalaciones, personal de la Casa Militar les comunicó que “por orden expresa de las autoridades, no podían continuar con su tarea”. Así lo detalló el periodista acreditado en Casa Rosada, Juan Pablo Peralta.
El hecho fue interpretado por quienes realizaban trabajos de cobertura como un acto de censura. Es que el mensaje no se transmitió de manera oficial a través de la secretaría de Comunicación y Prensa de la Nación, a cargo de Gabriela Cerruti, desde donde podrían haberse esgrimido motivos técnicos para su implementación. El ejecutivo eligió, en cambio, un modo violento y sin explicaciones.
Vale recordar que no es la primera vez que hechos como éste atentan contra la normal labor de los profesionales de los medios allí acreditados. En otras oportunidades, por solo citar algunos ejemplos, se les han negado acreditaciones a periodistas sin motivo alguno e incluso se llegó a amenazar a los más críticos del gobierno con no renovárselas una vez vencidas.
Aún se mantiene vivo el recuerdo de quienes eran obligados a encerrarse en la sala de periodistas de la Casa Rosada para que, al llegar la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner, evitara toparse con alguno que le hiciera alguna incómoda pregunta. De hecho, hay quienes cuentan que hasta llegaron a ser encerrados con llave del lado de afuera para que la mandataria pueda llegar al despacho sin interrupciones. (www.REALPOLITIK.com.ar)