El gran pulmón platense, ubicado entre las calles 50 y 60, 1 y 122, con su lago y su frondosa vegetación, supo acoger en su interior a uno de los zoológicos más hermosos del país, hoy cerrado y en eterna vía de transformación.
Durante el día, miles de jóvenes lo utilizan para llegar a sus sedes universitarias. Durante los fines de semana, grupos de amigos, turistas y familias completas disfrutan de este predio, con sus comidas al aire libre y espacios de recreación. Por la noche, el Paseo se convierte en una gran pista de atletismo, aunque en las últimas semanas pocos se atrevan a transitar por allí.
La oscuridad por la falta de luminarias, el temor ante la ola de inseguridad y el avance del dengue, así como el riesgo de sufrir accidentes por falta de visión, han convertido a este extraordinario espacio en un lugar por el que pocos se atreven a transitar. Así quedó registrado por un vecino que, a bordo de su automóvil, decidió captar la negrura de sus calles.
Pese a la cercanía del ministerio se Seguridad bonaerense, el espacio carece de presencia policial, y por las noches el Bosque se transforma en un paseo impredecible y riesgoso que muestra su otra cara. (www.REALPOLITIK.com.ar)