5 de julio de 2024 | Deportes

Argentina y la "Suerte del campeón"

Los Martínez ponen la cara por una Selección que casi vuelve a padecer el Síndrome Saudita

Un gol de Lisandro y los penales atajados por el Dibu salvan la ropa de un equipo que no tuvo inventiva y padeció ante un Ecuador que casi se queda con el partido en los cinco minutos finales.

Juan Provéndola

Una Selección anodina y sin sorpresa casi se queda con las manos vacías de manera prematura en la Copa América 2024 tras un partido para el olvido ante Ecuador, que para colmo casi replica el Síndrome Saudita: esos cinco minutos que por poco vuelven a dejar a Argentina 

Llamó la atención esta versión desangelada y sin hambre del equipo de Lionel Scaloni, quien terminó condicionado por la inclusión de un Lionel Messi lejos de su plenitud física y que, para colmo, erró su penal de manera insólita en la definición por el desempate.

Es el costo que sin dudas debe pagar un equipo que ganó todo cuando se le puso en el camino y ahora se encuentra ante el desafío de reinventarse para mantener en alto su vara competitiva.

Acaso haya sido la denominada "Suerte del campeón" la que le permita seguir en competencia y gozar de otra oportunidad para ajustar errores que no debe repetir si quiere mantener su pedigrí. 

Argentina superó la primera fase con puntaje ideal y sin recibir goles en contra, aunque su nivel en todo ese ejercicio estuvo lejos de ser superlativo y en gran parte se vio beneficiado también por tener enfrente a rivales de menor jerarquía.

Sin embargo, en Cuartos de Final le tocó oponerse a un Ecuador que le plantó cara y decidió jugarle de igual a igual, al menos en el tramo inicial del primer tiempo, cuando dispuso de al menos tres chances para adelantarse en el marcador. 

El auxilio en ese inesperado momento aciago vino de la mano del Dibu Martínez, quien primero le contuvo un disparo defectuoso al volante del Chelsea Moisés Caicedo y luego obturó un mano a mano al hispano-ecuatoriano Jeremy Sarmiento

En lo sucesivo Argentina logró descomprimir el asedio que hasta los 15 minutos venía padeciendo de Ecuador, aunque sus acciones en ataque eran desordenadas y sin potencia. La muestra de ello fueron dos resoluciones de Enzo Fernández, una de cabeza por fuera del palo y otra de derecha a las manos del arquero Alexander Domínguez, quien envió el balón al tiro de esquina.

Sin embargo, inmediatamente después de esta última jugada fue que llegó el gol de Argentina, gracias al otro Martínez destacado de la noche: Lisandro cabeceó la pelota tras un envío que sobró a toda la defensa ecuatoriana y traspasó la línea de meta no sin un poco de suspenso, ya que la maniobra debió pasar por la revisión del VAR para chequear que la pelota había ingresado por completo, algo que de todos modos pareció bastante evidente.   

Así y todo, el tanto no logró darle a la Selección tranquilidad ni solvencia y en el segundo tiempo volvió a padecer las embestidas de Ecuador. La persistencia del rival frente a las cada vez más acuciantes limitaciones de Argentina tuvieron su primera recompensa a los 15 minutos tras una mano de Rodrigo de Paul derivada en penal. Y si bien Enner Valencia marró el tiro contra un palo, su equipo siguió insistiendo y consiguió el merecido empate en tiempo de descuento gracias a un cabezazo de Kevin Rodríguez

Como si fuera poco, Ecuador dispuso incluso de otra chance clara gracias a un servicio cruzado que Jordy Caicedo no pudo encajar por poco. Alivio pero angustia en el campamento argentino, que en breves minutos pudo haber quedado eliminado. Volvían a sobrevolar los fantasmas del Síndrome Saudita, talón de Aquiles de un equipo ganó todo pero, como contratara, sigue conviviendo con el miedo de perderlo todo en cinco minutos fatales. De momento, lo sigue salvando lo que muchos consideran la "Suerte del campeón".

Más allá de la gran actuación del Dibu Martínez en los penales que habilitaron el desahogo tras un partido para el olvido, Lionel Scaloni se lleva a su habitación en el Westin Peachtree (el hotel de Atlanta donde concentra Argentina) más dudas que certezas sobre un equipo que viene desinflando y casi queda afuera ante un rival impensado. 

De momento fueron las individualidades quienes se sobrepusieron al colectivo para dejarlo en competencia, tal como en primera fase ocurrió con la aparición goleadora de Lautaro y en Cuartos ocurrió con la cabeza de Lisandro y las manos de Emiliano. Los Martínez a la carga de una Selección que tiene a Messi entre nanas y condiciona al entrenador, que no se animó el jueves a ponerlo en el banco ni tampoco a sacarlo cuando su performance era deslucida. 

De cara al martes, el mediocampo será quizás el sector que obligará a un reordenamiento estratégico para que la Selección no quede partida en dos sin solvencia defensiva ni vértigo de ataque. Una nueva oportunidad de vida para un equipo que ni siquiera enfrentó aún a Brasil, Uruguay ni Colombia, los elencos más temibles de esta Copa América. (www.REALPOLITIK.com.ar)