19 de octubre de 2024 | Internacionales
"Este saqueo silencioso es una cuestión preocupante. Las naciones insulares pequeñas, que no cuentan con un gran poder militar ni con una población numerosa, se ven afectadas en su economía y tejido social por la pesca ilegal", dijo Anderson Riverol. El analista destacó que, a pesar de la existencia de tratados internacionales, estos países carecen de la capacidad para monitorear y proteger sus zonas económicas exclusivas, lo que dificulta el control de estas actividades, que son perpetradas principalmente por potencias como China, Taiwán y Corea del Sur.
Riverol enfatizó que las especies más amenazadas son el atún, el pez espada y los arrecifes de coral, que son vitales para la economía de estas naciones. "El problema es que el control de estas actividades ilegales es prácticamente inexistente. Se necesitan recursos, como drones, para realizar un monitoreo efectivo, pero estos países no tienen los medios para implementarlo", afirmó.
La situación es crítica, ya que la pesca ilegal no sólo compromete la biodiversidad marina, sino que también afecta a las comunidades locales que dependen de la pesca para su subsistencia. "La captura de especies juveniles y el uso de técnicas destructivas, como la pesca de arrastre, están erosionando gravemente los ecosistemas marinos," advirtió.
Ante este panorama, el analista propuso que naciones más poderosas, como Australia y Nueva Zelanda, podrían colaborar con estos pequeños estados insulares para ayudar a proteger sus recursos. Sin embargo, también hizo hincapié en la necesidad de un compromiso real para hacer cumplir los tratados marítimos existentes.
"Es fundamental que no se haga la vista gorda ante esta problemática y que se tomen medidas efectivas para garantizar la sostenibilidad de los recursos marinos en el Pacífico", concluyó Riverol. (www.REALPOLITIK.com.ar)