GPS Group: La seguridad que avanza con licitaciones públicas y el guiño del clan Menem

“GPS Group: La seguridad avanza”, reza el sugestivo resultado de Google al buscar el nombre de la empresa vinculada a Nicolás Hazaff, dando a entender lo que en el sector de seguridad privada es un secreto a voces: el empresario, conocido como “El Turco”, es el hombre detrás de la firma que crece en el gobierno libertario.

Hasta comienzo del 2024, Hazaff solía conducir la sociedad que lleva por nombre completo Global Protection Service SA. A pesar de su desvinculación de la presidencia de la compañía, allí permaneció su hermana Evangelina Inés Hazaff, quien a su vez es socia de otra empresa denominada “Lo que estás buscando SA”, que abarca una amplia gama de actividades, desde la fabricación de productos hasta su comercialización, importación, exportación y, finalmente, otras funciones de índole financiera como aportes de capital o créditos.

Hazaff, presidente de Global Protection Service SA.

Hazaff se retira de la presidencia de Global Protection Service SA.

Por otra parte, Hazaff continúa vinculado a la empresa a través de la Cámara Argentina de Servicios Aeroportuarios (CASA), donde se desempeña en calidad de presidente asociado a Group of Private Security, según se desprende de la página oficial del organismo. Allí puede verse su nombre junto al del secretario, Alex Verschoor, de la empresa CrossRacer Airport Service SA, y la tesorera, Adriana Oliveros, de Munser SA.

Un print de pantalla de la página web oficial Cámara Argentina de Servicios Aeroportuarios.

Vínculos políticos y estrategias en licitaciones

La polémica que gira en torno a Hazaff son sus presuntos vínculos con la familia Menem. Fuentes allegadas al riojano aseguraron a REALPOLITIK que el empresario mantiene una estrecha amistad con Fernando Nicolás Menem, hermano del presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, Martín Menem.

Casualmente, Menem es fundador de Tech Security SRL, empresa destacada en el rubro de seguridad. Eduardo Adrián Menem, otro de los hermanos, se unió como socio el año pasado y asesora a su familia desde un perfil más reservado.

La empresa de Hazaff y del clan Menem, juntas en una base de datos del gobierno de la Ciudad.

El clan Menem, detrás del negocio de la seguridad.

Adrián Menem, Eduardo Menem, Lule Menem y Martín Menem con Javier Milei.

“GPS es la firma muleto elegida para ganar las licitaciones, ya que Tech Security está totalmente relacionada a los Menem”, explicaron conocedores del mundo de los negocios con el estado.

En paralelo, Hazaff ha sido vinculado a otra compañía dedicada a servicios generales denominada La Bizantina Servicios Generales SA, aunque su nombre no figure en la nómina de autoridades. En el estatuto de esa sociedad aparece un familiar directo: Claudio Marcelo Oberst, quien se encuentra casado con Higinia Eva Marcela Hazaff.

La vinculación entre ambos se desprende, a la vez, de los vínculos que Oberst mantiene con Group of Private Security SRL y Global Protection Service SA. Según testimonios, esta empresa gana licitaciones con precios llamativamente bajos, pero luego incumpliría con los servicios acordados.

Oberst integra La Bizantina.

El documento que deja constancia de la relación entre Hazaff y La Bizantina.

Un ejemplo reciente de la vinculación entre los Hazaff  y los Menem quizás sea el contrato multimillonario que La Bizantina obtuvo en septiembre para realizar la limpieza integral de la Cámara de Diputados de la Nación, bajo la firma de Fernanda Mongiardino, jefa de departamento Legal. El contrato, por un año con opción a prórroga, asciende a la increíble suma de 694.782.000 pesos.

El contrato obtenido por La Bizantina por parte de la Cámara de Diputados de la Nación, que preside Martín Menem.

Una empresa polémica

Incluso más allá de su próximidad con el gobierno libertario, GPS Group no está exenta de polémicas. Competidores denuncian que en Aerolíneas Argentinas la seguridad está completamente tercerizada a esta empresa, algo inusual en el sector. La compañía emplea a unas 1.400 personas encargadas de tareas como control de cargas, asistencia a pasajeros y seguridad en Aeroparque y Ezeiza.

En marzo, la firma fue noticia cuando sus trabajadores denunciaron despidos y condiciones laborales precarias. Las protestas incluyeron el corte de la Costanera, lo que derivó en la intervención de la policía.

Las críticas de los empleados apuntan a salarios bajos, falta de pago de horas extras, jornadas de doce horas bajo la modalidad 6x1 y hasta un 40 por ciento del sueldo en negro. “Es una esclavitud total”, expresó uno de los trabajadores en diálogo con este medio. Finalmente, otros señalaron irregularidades en los pagos, como descuentos en las horas trabajadas. (www.REALPOLITIK.com.ar)