14 de junio de 2025 | Internacionales

Kremlin

Estambul: El hermetismo de una negociación estancada entre Rusia y Ucrania

El 2 de junio pasado, Estambul volvió a ser sede de un intento de mediación internacional entre Ucrania y Rusia.

La reunión, que se desarrolló sin acceso a la prensa y a puertas cerradas, despertó más interrogantes que certezas. Lo poco que trascendió públicamente lo hizo a través de una entrevista parcialmente publicada por The Wall Street Journal, y luego completada mediante un video registrado por el periodista Rick Sánchez.

En ese material, Medinsky, jefe de la delegación rusa, fue enfático respecto a las exigencias del Kremlin: concesiones territoriales por parte de Ucrania y un compromiso formal de Kiev de no ingresar a la OTAN. Según el funcionario ruso, estas demandas no son negociables, ya que constituyen los pilares de la posición oficial de Moscú.

Pero más allá de las condiciones impuestas, lo que más llamó la atención fue la acusación de Medinsky sobre la supuesta dependencia de la delegación ucraniana respecto a actores externos. “Consultaban constantemente con dos socios no identificados”, afirmó, en alusión implícita al Reino Unido y a Estados Unidos. Para el Kremlin, esta dinámica no solo ralentiza el proceso, sino que también pone en duda la autonomía de las decisiones ucranianas, afectando directamente su soberanía.

El negociador ruso también trazó un contraste con las conversaciones mantenidas en 2022. En aquel entonces, según él, los representantes ucranianos mostraban mayor independencia y apertura. Hoy, en cambio, los describe como inseguros, tensos y constantemente atentos a las reacciones de sus supuestos “supervisores”.

Pese a que ambas partes alcanzaron un acuerdo limitado en torno al intercambio de prisioneros, Medinsky reconoció que no hubo avances sustanciales en los puntos clave del conflicto. La distancia entre las posiciones parece ser más profunda que nunca: mientras Moscú insiste en sus reclamos históricos, Ucrania deposita su confianza en el respaldo occidental.

Así, Estambul no fue escenario de un acercamiento, sino un nuevo capítulo de desconfianza mutua y señales contradictorias. La guerra continúa, y con ella, la incertidumbre de una paz cada vez más esquiva. (www.REALPOLITIK.com.ar)