18 de junio de 2025 | Interior
El conflicto en el sector pesquero sumó este miércoles un nuevo capítulo de tensión tras fracasar, una vez más, las negociaciones entre el Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU) y las cámaras empresarias. El gremio rechazó de plano la propuesta patronal de calcular el salario por producción con un tipo de cambio de $850 —muy por debajo del oficial—, y se retiró de la reunión sin acuerdo.
El encuentro, convocado por la Secretaría de Trabajo de la Nación, dejó a la actividad pesquera al borde del colapso total, especialmente en Puerto Madryn y Puerto Deseado, dos de los principales polos pesqueros patagónicos, donde ya se anunciaron posibles bloqueos y protestas. “En Madryn ya se pudrió todo. Van a cortar rutas y nadie va a entrar ni salir de las plantas”, advirtió un dirigente sindical a través de un audio difundido públicamente.
Desde el gremio calificaron la oferta como una “devaluación encubierta del salario” que, en los hechos, implicaría una rebaja del poder adquisitivo de los tripulantes, al tiempo que denunciaron que los términos del acuerdo fueron alterados durante la propia negociación.
Por su parte, las empresas justifican la propuesta alegando que el actual esquema de costos, con un componente salarial que supera el 60% del gasto operativo por buque, hace inviable la operatoria. Incluso con el incentivo ofrecido por el Gobierno —transformar el 70% del ítem de producción en no remunerativo—, el sector empresarial considera que el alivio fiscal no alcanza.
El conflicto ocurre en simultáneo con el inicio de la prospección de langostino en aguas nacionales, una etapa clave para evaluar el estado del recurso. Sin embargo, la puesta en marcha de esta fase con apenas ocho barcos habilitados no logró descomprimir la crisis. Más de 100 buques de la flota tangonera congeladora continúan amarrados, paralizados por la falta de acuerdo.
El gremio, en tanto, insistió en que no está dispuesto a resignar derechos adquiridos en el convenio colectivo vigente, aunque se mostró abierto a buscar salidas transitorias que no impliquen un deterioro del salario real. “Lo que pretendían era bajar el valor del dólar de liquidación sin tocar la producción. Es decir: más trabajo por menos plata”, sintetizaron.
El futuro inmediato del conflicto podría definirse este jueves, cuando el SOMU realice una asamblea clave en Puerto Madryn para evaluar medidas de fuerza. Mientras tanto, comerciantes, proveedores y cientos de trabajadores del ecosistema pesquero miran con creciente preocupación una crisis que, lejos de resolverse, se agrava día a día.