25 de junio de 2025 | Cultura
Enero de 2001, Almafuerte sale de gira por la costa atlántica antes de entrar a grabar su nuevo disco y Ricardo Iorio le concede una charla a un joven periodista de Villa Gesell pese a que había decidido no dar más entrevistas. Es que el músico acababa de recibir una denuncia de la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA) ante el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI) por haber dicho que “si sos judío, no vengas a cantar el himno”. En el reportaje, Iorio refiere a eso y no se achica: “No es xenofobia lo mío, más allá de que me procesaron por decir que si sos judío no tenés que cantar el himno. Pero bueno, me hago cargo”.
La nota fue realizada el 30 de enero de 2001 en la terraza de lo que entonces era La Reina, una sala de paseo 105 entre avenidas 2 y 3 que en la década del 2000 cobijó a numerosos artistas de rock en los veranos geselinos. En ese entonces Iorio tenía apenas 37 años y todavía estaba lejos de convertirse en objeto de memes y frases virales: todavía la música era su principal capital público. Días después, ya de regreso a Buenos Aires, Almafuerte entraría a grabar su sexo disco de estudio titulado “Piedra libre”, nombre que evidentemente fue decidido a último momento, ya que en este reportaje aseguraba que en realidad se llamaría “Agua”.
No fue el único anticipo: también adelantó estrofas completas de “Las aguas turbias suben esta vez” (que, en los hechos, sería la primera canción del disco) y pasajes del tema “Orgullo argentino”. Evidentemente el nacionalismo comenzaba a calar profundo en el pensamiento de Ricardo, quien insiste sobre el tema a lo largo de toda la entrevista: “La onda es mi país y voy a mostrar mi sentimiento nacional. ¿Por qué solo lo voy a mostrar cuando mete un gol Maradona con la mano?”.
Además se percibe el sarcasmo como el lenguaje medular del discurso público de Iorio, perfil que no era tan habitual en él pero de allí en adelante comenzaría a profundizar, al menos en sus entrevistas. “Yo emito una onda de pija parada”, dice en un momento, aunque aclara: “Eso no quiere decir que le voy a ir a pegar a unos putos en las tetas en el baño de una estación porque me tomé unos anabólicos”. La charla fue una concesión de Ricardo en medio de la prueba de sonido que Almafuerte estaba realizando esta tarde en La Reina de Villa Gesell como previa al show que brindarían esa noche, el cual a su vez significaba uno de los primeros del recientemente incorporado Bin Valencia, baterista que reemplazó a Walter Martínez y se haría cargo de los parches hasta la disolución de la banda en febrero de 2016.
También hubo algunas declaraciones que el tiempo convertiría en proféticas. Una de ellas: “Yo creo que si nosotros, cuando nos trasladamos de Buenos Aires a Villa Gesell, tocamos canciones de Vox Dei, dentro de 25 años se van a escuchar las canciones de Almafuerte”. La otra: “Generalmente hay que morirse para que te quieran”. El tiempo le dio la razón. (www.REALPOLITIK.com.ar)