29 de junio de 2025 | Provincia
Mientras miles de afiliados siguen esperando turnos, medicamentos y autorizaciones de tratamientos básicos, la cúpula del Instituto Obra Médico Asistencial (IOMA) decidió dedicar parte de su tiempo a manifestar un enésimo respaldo político a Cristina Fernández de Kirchner, repudiando la decisión de la Corte Suprema de Justicia de la Nación Argentina que dejó firme la condena a la ex presidenta por corrupción.
En un comunicado institucional, el directorio de IOMA –que administra una de las cajas de obras sociales más grandes de Latinoamérica– expresó su “total rechazo” al fallo que confirmó la sentencia por administración fraudulenta en la causa Vialidad. Para los funcionarios del gobierno de Axel Kicillof, se trataría de una maniobra de proscripción y persecución política.
En la reunión estuvieron presentes el presidente de IOMA, Homero Giles; el vicepresidente, Mariano Cardelli (que fue procesado por contrataciones irregulares de empresas informáticas); el vocal por el poder ejecutivo, Adelqui Oscar Del Do; el vocal por la Unión del Personal Civil de la Nación (UPCN) en representación de los trabajadores del estado, Raúl Horacio Antonetti (acusado de silenciar los reclamos de los trabajadores); la vocal por el Sindicato Unificado de Trabajadores de la Educación de Buenos Aires (SUTEBA) en representación de los trabajadores docentes, Mariana Luján Molteni; la directora de Enlace con Directorio, Registro Digital y Archivo, Patricia Carnevale.
La postura resulta insólita y casi obscena, teniendo en cuenta las graves deficiencias que atraviesa la obra social: demoras interminables en los pagos a prestadores, falta de insumos para afiliados oncológicos, deudas millonarias con clínicas y sanatorios, y reclamos permanentes por auditorías opacas y manejos turbios de fondos públicos.
En lugar de rendir cuentas o resolver las necesidades de más de 2 millones de afiliados, Homero Giles y el resto del directorio parecieran estar más preocupados por blindar a la expresidente de sus causas judiciales a partir de sus acuerdos políticos que por garantizar un servicio de salud digno.
Que una obra social que recibe aportes obligatorios de los trabajadores utilice su estructura institucional para tomar postura política partidaria sobre un fallo judicial demuestra, una vez más, cómo el IOMA ha sido convertido en un botín de la política y en caja de financiamiento de militancia, en vez de priorizar su misión sanitaria.
Mientras los discursos de respaldo se repiten, las historias de afiliados que esperan una autorización o un medicamento vital siguen acumulándose en silencio. Eso también es parte de esta vergüenza. (www.REALPOLITIK.com.ar)