7 de julio de 2025 | Interior

Divisiones

Fractura expuesta en el peronismo cordobés: Natalia De la Sota y Martín Llaryora juegan al límite

La diputada nacional avanza con su campaña en solitario, sin contacto con el gobernador Martín Llaryora, ni con el núcleo duro del cordobesismo. Mientras tanto, el massismo en la provincia dejó de esperar definiciones y se reagrupa por fuera de ambos sectores.

En la antesala del 2025, el peronismo cordobés transita una guerra fría de liderazgos y tensiones soterradas, con una protagonista que ya no oculta su camino propio: Natalia de la Sota. La diputada nacional avanza con su campaña en solitario, sin contacto con el gobernador Martín Llaryora, ni con el núcleo duro del cordobesismo. Mientras tanto, el massismo en la provincia dejó de esperar definiciones y se reagrupa por fuera de ambos sectores.

Desde su sede en el coqueto barrio Rogelio Martínez, De la Sota mantiene contacto con diversos sectores, aunque evita cualquier tipo de acercamiento con El Panal, sede del gobierno provincial. Su compañero político y pareja, el legislador Bernardo Knipscheer, se mueve como operador en las sombras, sin romper con la disciplina parlamentaria pero tejiendo un armado propio para la diputada.

La grieta interna se profundiza con gestos y silencios. Aunque desde algunos despachos admiten que De la Sota podría ser parte de la boleta cordobesista, también se especula con que su juego externo le sirve al oficialismo provincial para ubicar al kirchnerismo como el verdadero adversario.

“Concede, pero no cede”: ese es el mensaje que emite la hija de José Manuel de la Sota, que aunque celebró el ascenso de Llaryora a la presidencia del PJ Córdoba tras la salida de Juan Schiaretti, exige un debate programático antes de sellar cualquier unidad. En esa línea, ratificó su antimileísmo como eje de campaña, frente a un gobernador que tensiona con la Nación, pero también debe garantizar gobernabilidad hasta 2027.

La situación se vuelve más volátil con las encuestas sobre la mesa. La última medición de la consultora Grupo Feedback, dirigida por Gastón Toro, deja a De la Sota en el fondo del ranking de intención de voto en el Gran Córdoba, con apenas 3,8%, detrás incluso del voto en blanco. Agustín Laje, señalado como posible candidato de Javier Milei, lidera el sondeo, seguido por Juan Schiaretti y el kirchnerista Pablo Carro.

Mientras tanto, el massismo cordobés activa su estructura territorial. Este martes, se reunirán en el departamento Tercero Arriba, con presencia del intendente de Cruz Alta, Agustín González, y la concejala de Deán Funes, Tania Kyshakevych, bajo el paraguas de la Fundación Encuentro. Aunque algunos especulan con un armado común, lo cierto es que el sector ya no espera definiciones de De la Sota. Si ella no entra al ring, el massismo lo hará por su cuenta.

“Si la diputada mueve para negociar, hay margen. Si no, no hay razón para esperar”, deslizan desde el entorno de Sergio Massa, que juega en silencio, pero con estrategia definida.

El peronismo de Córdoba se enfrenta así a un escenario cada vez más incierto, donde cada movimiento —o cada omisión— tiene el peso de una fractura que ya es imposible de disimular. (www.REALPOLITIK.com.ar)