10 de julio de 2025 | Provincia
Durante la tarde del miércoles 9 de julio y la madrugada del jueves, tuvo lugar el motín más grande del que se tenga registro en la historia reciente de los institutos de menores de la provincia de Buenos Aires. La revuelta, de escala inédita, se produjo en el instituto cerrado de Pablo Nogués, dependiente del Organismo Provincial de la Niñez y Adolescencia (OPNyA), ubicado en la calle Pasco 1748, en el partido de Malvinas Argentinas.
El incidente comenzó en el módulo 4 del establecimiento, pero rápidamente se extendió al módulo 2. En cuestión de minutos, la mitad del centro estaba bajo control de los internos. Dos trabajadores, Emanuel Núñez y Oscar Pedreira, fueron brutalmente golpeados durante los primeros minutos del motín. Ambos estuvieron a punto de ser tomados como rehenes, situación que finalmente pudo evitarse.
Mientras tanto, desde el interior del establecimiento, trabajadores lograron enviar un desesperado mensaje dirigido a colegas de otros institutos: “Compañeros/as: Estamos atravesando una situación crítica en la institución debido a un motín en el módulo 4. Solicitamos a quienes puedan acercarse que se hagan presentes para colaborar y brindar apoyo. Desde ya, muchas gracias por su compromiso”.
A las pocas horas, la situación escaló: comenzó un intento de toma en el módulo 1, que, de haberse concretado, habría implicado la pérdida total de control sobre el instituto. Sin embargo, ese foco fue contenido en el transcurso de una hora.
La llegada de trabajadores de otros dispositivos, junto con autoridades del ministerio de Andrés Larroque y representantes del poder judicial, no logró descomprimir la situación. Alrededor de las 23.00, uno de los funcionarios judiciales que intentaba entablar diálogo con los jóvenes advirtió: “No acceden a ningún tipo de acuerdo. Habrá que tomar otras medidas”. Las palabras dejaron entrever la inminente intervención de fuerzas antimotines o de la Policía Federal, lo que pareció confirmarse con la presencia de patrulleros en los alrededores y el corte total del tránsito en la zona.
Recién pasada la medianoche, algunos jóvenes comenzaron a deponer su actitud, pero la normalización del centro no se concretó hasta cerca de las 7.00 de la mañana del jueves. Durante las horas finales del motín, un tercer trabajador resultó herido: se trata del jefe de departamento Federico Hess, un histórico administrativo que, tras la reapertura del centro el año pasado, fue reasignado al área de tratamiento sin contar con experiencia en trabajo de campo. Hess ha sido, además, uno de los defensores del régimen de turnos de 12x36 horas impuesto al personal recientemente ingresado.
Según trascendió, durante el motín varios trabajadores fueron víctimas del robo de teléfonos celulares y pertenencias personales.
Consultado por este medio, el secretario de Minoridad del Sindicato de Trabajadores Auxiliares No Docentes, Administrativos y Minoridad (STANDAYM), Pablo Lenz, fue categórico: “Lamentamos profundamente los compañeros que han resultado lesionados en este motín. Sin embargo, sabemos que no sólo aquellos que reciben lesiones físicas son afectados, sino que el conjunto de los trabajadores experimenta el desgaste psicológico que conlleva convivir con esta posibilidad latente. Y es obvio que asistimos a un incuestionable fracaso de este sistema horario, que no permite al trabajador despejar su mente ante semejantes situaciones traumáticas”.
“Nogués -o mejor dicho, el nuevo régimen que pretenden exportar a todos los centros- es un error de dimensiones incalculables. Por eso, desde nuestro gremio, seguiremos trabajando en contra de semejante atropello y peleando por reivindicar los tan olvidados derechos de los trabajadores de Minoridad. Iremos a los dispositivos, al ministerio, la casa de gobierno y a los tribunales. No podemos callar y ser cómplices de semejante barbaridad”, añadió.
La secuencia volvió a poner bajo la lupa el modelo de gestión impuesto por el OPNyA desde su relanzamiento, especialmente en lo que refiere al régimen laboral y al abordaje de adolescentes en conflicto con la ley penal. Como graficó un trabajador con más de veinte años de experiencia en el sistema: “Si la Justicia ordenara una pericia psicológica a todos los trabajadores del centro que padecen esta modalidad horaria, su definición sería concluyente. Lo sé por experiencia”. (www.REALPOLITIK.com.ar)