14 de julio de 2025 | Nacionales
La imagen del orden, la disciplina y la eficiencia con la que el gobierno de Javier Milei suele evocar a las Fuerzas Armadas contrasta brutalmente con la realidad de quienes, puertas adentro, sostienen la formación de los cuadros militares de la Argentina. Docentes de la Escuela de Suboficiales del Ejército revelaron a este medio la situación de precariedad económica, abandono institucional y contradicción ideológica que atraviesa el personal docente del área de Defensa.
La Escuela de Suboficiales forma a los futuros técnicos operacionales del Ejército Argentino, en el marco de carreras universitarias dependientes de la Universidad de la Defensa Nacional (UNDEF), y cuenta con docentes de altísimo nivel, que han ingresado por concurso en procesos de múltiples instancias, exámenes orales, escritos, evaluaciones de antecedentes y clases magistrales. Pero el reconocimiento institucional no llega jamás al bolsillo.
“El sueldo que cobro es de 1.030.000 pesos mensuales, y es porque tengo más del 100% de antigüedad. Si no, estaría cobrando menos de la mitad”, denunció un docente a este medio. Según sus palabras, ese monto -que hoy apenas roza el costo de vida de una familia tipo en el AMBA- es uno de los más altos entre sus compañeros, muchos de los cuales no llegan a cubrir necesidades básicas. “La mayoría estamos por debajo de la línea de pobreza”, sentencia.
No se trata de una queja aislada. Los reclamos que llegaron a este medio plantean una profunda contradicción entre el relato del gobierno y el trato real que reciben los cuadros formadores de las Fuerzas Armadas. “Muchos de nosotros apoyamos a este gobierno. Valoramos el mérito, la disciplina, el fin de los privilegios. Pero resulta que, aun ganando nuestros cargos con esfuerzo y excelencia, trabajamos por sueldos miserables. No estamos en un mercado donde podamos fijar precios: dependemos del estado, y el estado nos ignora”, lamenta.
El caso se vuelve aún más irritante al contrastarlo con las irregularidades recientes en el ministerio de Defensa de Argentina. Como reveló este medio días atrás, una licitación del LMGB - Liceo Militar General Belgrano fue adjudicada a Onace SRL, una empresa dedicada a la venta de frutas y fiambres, sin antecedentes en la fabricación de mobiliario escolar. Su oferta fue más de un 100 por ciento superior a la de empresas especializadas, pero se le otorgó la compra igual. El proceso fue calificado por oferentes como “opaco” y “direccionado”.
Mientras el ministerio que dirige Luis Petri ejecuta millonarias compras sin sustento técnico, docentes con estudios de postgrado, investigaciones activas y veinte años de antigüedad cobran sueldos que no alcanzan para alquilar. “Nunca estuvimos tan mal pagos como ahora. Es una gran decepción escuchar cómo a veces se ‘chapea’ con nosotros, cuando en realidad estamos completamente abandonados”, explicó otra víctima del ajuste libertario.
La situación alcanza un punto crítico si se considera el rol estratégico de las carreras impartidas por la Escuela de Suboficiales: son parte del diseño operativo de defensa nacional. Sin embargo, sus docentes no son tratados como profesionales esenciales. No hay paritarias sectoriales, no hay actualización real de ingresos, y no hay interlocución política que los escuche. Lo que sí hay, es un profundo silencio.
Y acaso lo más inquietante: estos testimonios no son un grito aislado, sino el retrato íntimo de un sistema que, mientras predica valores de orden, desmantela a quienes los encarnan día a día, en el aula y en el cuartel. (www.REALPOLITIK.com.ar)