18 de julio de 2025 | Cultura
En diálogo con el programa, Nicolás Freda relató cómo el proyecto nació de un momento de crisis personal: "Fallece mi mamá y esto también, que no me di cuenta en ese momento, pero después me fui dando cuenta de que tenía relación con ella", recordó, al destacar la influencia de su madre, docente y una de las creadoras de la cátedra de Soberanía Alimentaria en la Universidad Nacional de La Plata (UNLP).
Así fue como junto a su compañera Camila emprendieron un viaje de más de cuatro meses por Perú, Ecuador y Colombia en una camioneta adaptada para vivir y trabajar en ella. "Fue un viaje doble: por un lado, de pareja, y por otro, activar un proyecto que yo ya venía amasando, que era trabajar con agroecología en otros territorios", contó.
Durante el recorrido, el fotógrafo capturó imágenes de comunidades rurales y proyectos agroecológicos que dan cuenta de otras formas de producción y de vida. "Sentía que se necesitaba ahora mirar más para cómo se hace para salir de esa forma y producir otra, que no sea de la misma manera, con un sistema así tan consumista, extractivista, capitalista", sostuvo.
Consultado sobre el abordaje fotográfico, Freda explicó que su trabajo busca ir más allá de la denuncia: "La agroecología propone una forma distinta de producción, de vinculación, de formas de vida distintas, de vínculos mucho más sanos, vitales".
El libro incluye seis crónicas sobre experiencias concretas en territorios latinoamericanos. Entre ellas, destacó una cooperativa de trabajo que vincula huertas con salud mental y la historia de Alain, un guardián de semillas en Cusco: "Nos hablaba del pensamiento, la cosmovisión andina, que tiene esa mirada de muy importante, como clave siempre del agradecer y no del pedir".
Freda también hizo mención a experiencias locales en Argentina, como la de Naturaleza Viva en Santa Fe, y expresó su deseo de continuar profundizando el trabajo en territorio nacional: "La idea ahora es seguir, el libro es como un puntapié para seguir profundizando y meternos acá".
Sobre el cierre, reflexionó sobre la importancia del derecho a una alimentación sana y soberana: "La agroecología y la soberanía alimentaria van juntas. Es poder comer, tener el derecho a tener el alimento, que sea sano, que sea nutritivo, saber cómo se produce, tener el conocimiento y el acceso".
"El alimento es fundamental, es la base de todo", concluyó. (www.REALPOLITIK.com.ar)