22 de julio de 2025 | Cultura

La voz que creó un género

El heavy metal está de luto: Murió Ozzy Osbourne, leyenda de Black Sabbath

A los 76 años, falleció Ozzy Osbourne, vocalista y alma de Black Sabbath, una de las bandas más influyentes en la historia del rock. El artista murió este martes “rodeado de amor”, según confirmó su familia a través de un comunicado.

Tomás Ferrando

Su partida llega apenas unas semanas después de su último show en Birmingham, donde compartió escenario con los miembros originales de la banda que fundó y que cambió para siempre el rumbo de la música.

Ozzy Osbourne no solo fue un cantante: fue un pionero. Desde su nacimiento como John Michael Osbourne en 1948 en una familia obrera del Reino Unido, hasta convertirse en ícono global del heavy metal, su historia personal se entrelaza con la de un movimiento cultural que marcaría generaciones enteras. Junto a Tony Iommi, Geezer Butler y Bill Ward formó Black Sabbath, una banda que rompió con los moldes del rock de su época y sentó las bases de lo que luego sería el metal como género.


Mural de Ozzy Osbourne en Birmingham. 

Black Sabbath, cuyo debut homónimo en 1970 fue un hito, transformó guitarras distorsionadas, letras sombrías y una estética oscura en un fenómeno mundial. Canciones como “Paranoid” y “War Pigs” no solo definieron un sonido, sino una actitud: la del inconformismo, la rebeldía y la fuerza brutal de lo marginal. En el centro de esa revolución estaba la voz áspera y aguda de Ozzy, inconfundible e irrepetible.

Su legado no termina con Sabbath. En 1979, luego de ser expulsado de la banda, comenzó una carrera solista que fue igualmente aclamada. Discos como Blizzard of Ozz y Diary of a Madman consolidaron su estatus como leyenda. Con el paso del tiempo, Osbourne también se convirtió en una figura cultural global: protagonizó un reality familiar, fue noticia por sus excentricidades, pero nunca dejó de ser, ante todo, un músico.


Black Sabbath: Tony Iommi, Ozzy Osbourne, Geezer Butler y Bill Ward.  

El metal actual no podría entenderse sin Ozzy Osbourne. Bandas como Metallica, Slipknot, Ghost, Tool o Mastodon han reconocido públicamente su influencia. Su presencia escénica, sus letras, su estilo vocal y su manera de concebir el show en vivo se replican, directa o indirectamente, en cientos de bandas alrededor del mundo.

Su último show, realizado hace apenas semanas en Villa Park, Birmingham, fue el cierre perfecto para una carrera colosal. Junto a sus compañeros originales, interpretó cinco canciones, se mostró sonriente y presenció incluso la propuesta de casamiento de Sid Wilson (Slipknot) a su hija Kelly.

“Murió rodeado por su familia, lleno de amor”, expresó el comunicado firmado por Sharon, Jack, Kelly, Aimee y Louis. Más allá de lo íntimo, el mundo entero lo despide como un símbolo de una era.

Ozzy Osbourne fue mucho más que un artista: fue el latido oscuro y poderoso de una generación que encontró en el metal una forma de existir. Su partida deja un vacío inmenso, pero también una herencia sonora imposible de apagar. Aunque su voz ya no rugirá en los escenarios, seguirá viva en cada riff que estremezca el pecho, en cada fan que alce los cuernos al cielo. Su partida es terrenal; su legado, eterno. (www.REALPOLITIK.com.ar)