2 de agosto de 2025 | Cultura
El punto de partida de Indeleble fue una noticia breve y curiosa publicada en un diario español durante la crisis del 2011. “Una pareja tenía una hipoteca, iban a ejecutar la deuda y el hombre se suicida. A los días el gobierno da marcha atrás. Se mató por nada”, contó Paula Tomassoni. “Mi primer pensamiento fue: pobre tipo, si esperaba un poco se enteraba. Pero después pensé: pobre la mujer que se queda, con la deuda, sin casa y con un duelo imposible”.
Esa imagen fue la semilla de una historia que luego se trasladó a Argentina, más precisamente a la crisis de 2001. “Yo no iba a escribir sobre España, vivo en Argentina. ¿Cuál es la crisis más cercana que tengo? La del 2001”, señaló. Así, empezó un proceso de reconstrucción de época que combinó investigación, memoria personal y relatos de gente cercana. “Preguntaba: ‘¿Qué te acordás de los 90?’. ‘¿Te acordás cuando comprábamos el pollo por 99 centavos?’. Era volver a buscar lo material, lo cotidiano”.
La protagonista de la novela es Maine, una mujer que nunca había trabajado y que ve derrumbarse su mundo tras la muerte del marido. “Ella no se autopercibía infeliz. Su matrimonio era lo que tenía que ser. Pero cuando el amparo del marido se cae, tiene que preguntarse cómo se subsiste, cómo se toma una decisión, cómo se busca un trabajo”, explicó la autora.
En cuanto a su proceso de escritura, Tomassoni fue contundente: “Escribí el primer párrafo y durante dos años dije que estaba escribiendo una novela”. Entre correcciones, talleres y asesoramientos editoriales, la obra pasó por múltiples versiones. “La trabajé en la maestría, la leyó Hernán Ronsino, luego Vero Luna y ahora la volví a revisar con Norberto Ugliotela. Para mí, el trabajo de edición enriquece muchísimo los textos”, destacó.
Indeleble fue escrita en 2013 y 2014, pero publicada en 2018, justo cuando asumía el gobierno de Mauricio Macri. “Yo creía que estaba escribiendo sobre un pasado resuelto. Pero la editora me escribió un día desde el banco, me dijo: ‘Estoy viviendo la novela’”, recordó. “Me mandó un mensaje desde el piso del banco diciendo que estaba en shock. Y ahí me di cuenta de que algo raro estaba pasando: la historia se repetía”.
Finalmente, Tomassoni reflexionó sobre los límites entre moral, literatura y humor. “La moral no se lleva mal con el humor, se lleva mal con la literatura. La moral se suspende cuando escribís”, opinó. Y reivindicó el uso del humor sórdido como recurso narrativo: “Me fascina el humor en la sordidez. Uno de mis autores favoritos es Etgar Keret, que creó un mundo de suicidas con sus propios códigos. Para mí, eso es pura potencia en el arte”.
La reedición de Indeleble, a cargo de la Ediciones Corregidor, promete devolver al lector una historia íntima, potente y profundamente humana, en donde el dolor personal se mezcla con el caos social de uno de los momentos más críticos de la historia argentina reciente. (www.REALPOLITIK.com.ar)