26 de octubre de 2025 | Nacionales
Con más del 95 por ciento de las mesas escrutadas, La Libertad Avanza se quedó con el 40,81 por ciento de los votos para la elección de renovación de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación. El panperonismo, con diversos sellos en todo el país, obtuvo apenas el 31,6 por ciento.
Con el escrutinio a punto de completarse, el oficialismo se impuso en dieciséis provincias. El batacazo principal se registró en la provincia de Buenos Aires, donde la lista de Diego Santilli, con el 41,53 por ciento, consiguió revertir la paliza electoral del 7 de septiembre, sobre Fuerza Patria que apenas sumó el 40,84 por ciento, perdiendo medio millón de votos respecto de esos comicios.
LLA se impuso en las elecciones para diputados en dieciséis de distritos: Buenos Aires, CABA, Chubut, Corrientes, Córdoba, Entre Ríos, Jujuy, La Rioja, Mendoza, Misiones, Neuquén, Río Negro, Salta, San Luis, Santa Fe y Tierra del Fuego. Fuerza Patria y otros sellos peronistas se quedaron con Catamarca, Formosa, La Pampa, San Juan, Santa Cruz y Tucumán. En las elecciones de senadores, LLA obtuvo la victoria en seis de ocho provincias: CABA, Chaco, Entre Ríos, Neuquén, Santa Fe y Tierra del Fuego), lo que le permitirá alcanzar mayor equilibrio en la cámara alta.
Contra lo especulado por la mayoría de los analistas, ni los escándalos de corrupción, ni la corrida financiera, ni el incremento de la inflación, ni el incumplimiento de las leyes aprobadas por el Congreso de la Nación Argentina, ni la destrucción del empleo y de las pymes fueron argumentos que impidieron una mayor participación electoral para blindar al gobierno nacional y consolidar su gobernabilidad a futuro.
Tampoco acertaron quienes afirmaron que el acercamiento con Donald Trump resultaría nocivo en términos electorales debido a que nuestro país sería el más anti-norteamericano del continente. Nada de eso sucedió. Muy por el contrario, las expectativas conservadoras del gobierno en términos electorales se vieron desbordadas con amplitud. Así, a un gobierno a la defensiva, la jornada electoral lo convirtió súbitamente en un gobierno a la ofensiva y consolidado.

También algunas figuras clave del gobierno, que habían entrado en fase menguante, experimentaron un punto de inflexión llamativo. Tales son los casos de Karina Milei y los primos Menem, ya que su cuestionada estrategia electoral resultó sumamente exitosa. Lo mismo vale para el ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo. De 37 diputados nacionales el gobierno pasó a tener 101, lo que le permitirá, sumando aliados, obtener una mayoría propia en el Congreso.
Ahora el presidente deberá evaluar si corresponde imprimir cambios drásticos a su gabinete, a la luz de los resultados de los escrutinios. Con tono triunfal, Milei agradeció a cada uno de los miembros de su gabinete, a su vocero Manuel Adorni, antes de tender una mano a los legisladores que, perteneciendo a otras fuerzas, compartieran su proyecto de transformación de la argentina. Aceptando las exigencias de los Estados Unidos y el Fondo Monetario Internacional (FMI), adoptó un tono calmo y tranquilizó la interna, se calzó un traje formal, y ratificó a los cuestionados Mariano Cúneo Libarona y Martín Menem. El discurso y la puesta en escena adecuados para tranquilizar a los mercados. Tampoco se privó de reconocer los esfuerzos de Santiago Caputo, Guillermo Francos y Mauricio Macri. Puso la casa en orden.
Milei celebró también haber obtenido 14 puntos de diferencia sobre Fuerza Patria, y 11 sobre el panperonismo en su conjunto. En esta línea proclamó la muerte del populismo y se comprometió a profundizar el ritmo de las reformas iniciadas durante su gestión.
Mucho habrá que reflexionar sobre las razones de este cambio sorprendente en la expresión electoral de los argentinos. Puede haber influido el sistema de boleta única que impide la práctica de tradicionales mañas electorales, el temor a una catástrofe económica y financiera que podría haberse desatado con una derrota contundente del oficialismo, y el protagonismo del antiperonismo como clave electoral en las instancias decisivas. También el desquicio de la interna del panperonismo, la ausencia de candidatos atractivos en sus listas y de una campaña electoral sólida, la falta de un programa alternativo al del gobierno y la insistencia del cristinismo en reclamar la libertad de su jefa, a punto de incluir ese reclamo como slogan de campaña.
Súbitamente se invirtieron las urgencias. El gobierno se consolida e intenta armonizar sus diferencias, mientras que las organizaciones que componen Fuerza Patria se lanzarán a una disputa interna sin cuartel, que ya inició esta noche Mayra Mendoza al objetar la decisión de Axel Kicillof de disociar las fechas de las elecciones provinciales y nacionales.
Un nuevo tablero político se acaba de configurar en la Argentina. (www.REALPOLITIK.com.ar)