30 de octubre de 2025 | Judiciales
La Cámara de Empresas de Cannabis Medicinal del Uruguay (CECAM) observa con atención el impacto del llamado “caso Emiliano Aloi”, empresario vinculado al rubro, cuyas controversias judiciales podrían salpicar la reputación de toda la industria. Aunque la organización aún no emitió un comunicado oficial, en el sector crece la inquietud por la posible confusión entre las acciones individuales y la imagen colectiva del mercado.
Emiliano Aloi, radicado en Montevideo, mantiene operaciones relacionadas con el cannabis medicinal y vínculos con inversores de Estados Unidos. Diversas publicaciones lo relacionan con causas judiciales y conflictos societarios en Argentina y en el exterior. Su actividad, de perfil transfronterizo, incluye negocios en Uruguay, Argentina y Florida (EE.UU.), con estructuras legales y fiscales asesoradas por estudios especializados.

Entre sus participaciones más mencionadas figuran Exactus Inc., Ceed2Med LLC (C2M), GenCanna Global Inc. y Agrolabs S.A.. En medios internacionales se le atribuye una declaración en su rol de presidente de Exactus, donde destaca alianzas comerciales con Green Goddess para expandir la presencia de su compañía en el mercado de CBD y productos derivados del hemp.
En la CECAM y el Instituto de Regulación y Control del Cannabis (IRCCA), presidido por Gabriel Rossi, existe consenso sobre un punto clave: la reputación del sector uruguayo de cannabis medicinal está en juego. La preocupación gira en torno al llamado “efecto espejo”, el riesgo de que las controversias judiciales de un empresario generen una percepción negativa sobre toda la industria.
El rubro ya atraviesa un contexto sensible. Informes sectoriales advierten sobre cierres de empresas, pérdida de empleos y mayores exigencias internacionales en materia de compliance, gobernanza y financiamiento. En este escenario, cualquier incidente reputacional puede endurecer la relación con bancos corresponsales, compradores B2B y certificadoras globales.
El IRCCA, creado por la Ley Nº 19.172, regula todas las etapas de producción y comercialización del cannabis en Uruguay, además de fiscalizar el cumplimiento normativo. Según fuentes consultadas, existen actuaciones de control en curso —tanto internas como judiciales— orientadas a verificar la situación de operadores vinculados al caso. Por el momento, no se confirmaron nombres ni sanciones específicas.
Las empresas del ecosistema, en coordinación con el IRCCA, buscan reforzar los procesos de KYC/KYB (conocimiento de clientes y socios), elevar los estándares de membresía dentro de las cámaras empresariales y establecer protocolos que permitan suspender o excluir a integrantes cuya situación judicial o comercial pueda comprometer la integridad del sector.
El cannabis medicinal uruguayo se consolidó como una referencia regional gracias a su marco regulatorio pionero, la calidad técnica de sus proyectos y la coordinación público-privada. Sin embargo, la reputación es un activo frágil. Los actores del sector coinciden en que proteger la marca-país requiere transparencia, comunicación institucional prudente y debida diligencia empresarial.
Para la CECAM, el desafío es doble: aislar los conflictos individuales sin dañar la credibilidad colectiva y mantener el foco en los estándares internacionales que hoy sostienen al mercado. En tiempos de escrutinio global, la reputación no se improvisa: se construye con trazabilidad, coherencia y control. (www.REALPOLITIK.com.ar)