5 de noviembre de 2025 | Nacionales
El informe electoral del politólogo Alejo Brosio analizó las repercusiones de los comicios legislativos donde se impuso La Libertad Avanza (LLA). Con una participación del 68 por ciento del padrón, la más baja en elecciones de medio término desde el retorno democrático, los resultados “confirmaron la expansión nacional de La Libertad Avanza y marcaron un nuevo retroceso del peronismo”, señaló. “El oficialismo libertario no solo amplió su base territorial, sino que reconfiguró el equilibrio del Congreso de la Nación Argentina, acercándose al control de ambas cámaras”, agregó.
En cuanto al desmenuzamiento territorial, hay fuertes contrastes. Mientras Tucumán (79,5), Neuquén (75,1) y Santiago del Estero (72,6) mostraron un alto compromiso ciudadano, otras provincias registraron mínimos históricos de concurrencia, como Corrientes (59,8), Misiones (62,3) y Santa Fe (63,4). “La geografía electoral vuelve a mostrar que la desafección política no es uniforme: los factores locales, el peso de los oficialismos provinciales y el desgaste de las fuerzas nacionales explican buena parte de la disparidad”, destacó.
“El espacio liberal-conservador consolidó su presencia nacional, creció con fuerza en el Área Metropolitana de Buenos Aires y extendió su influencia hacia el interior mediante alianzas tácticas en provincias clave”, aclaró. En esta línea, los mayores avances se dieron en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (+27 p.p.), Entre Ríos (+23 p.p.), Chaco (+17 p.p.) y Buenos Aires (+15 p.p.). Parte de ese crecimiento se explicó por la absorción de estructuras de Juntos por el Cambio, lo que permitió a LLA erigirse como el principal polo no peronista.
En cambio, el peronismo (PJ) enfrentó un duro revés. Perdió más de 2 millones de votos respecto de las elecciones generales de 2023 y mostró retrocesos en casi todo el país. Las caídas más pronunciadas se registraron en Misiones (-28,5 p.p.), Salta (-25,8 p.p.) y San Luis (-20,5 p.p.), con leves mejoras locales solo en Tucumán, La Pampa y Formosa. “En la provincia de Buenos Aires, su bastión histórico, el Partido Justicialista sufrió la mayor merma en términos absolutos, confirmando el cambio de signo político del principal distrito electoral argentino”, puntualizó.
El frente Provincias Unidas, integrado por gobernadores y referentes provinciales de distintos signos, no consiguió consolidarse como una alternativa nacional. Pese a contar con liderazgos de peso —como Martín Llaryora (Córdoba), Maximiliano Pullaro (Santa Fe), Carlos Sadir (Jujuy) e Ignacio Torres (Chubut)—, la coalición solo retuvo Corrientes como bastión y perdió terreno en el resto del país.
“La experiencia refuerza una constante del sistema político argentino reciente: la dificultad de las terceras fuerzas para sostener un espacio competitivo frente a una creciente polarización entre libertarios y peronistas”, indicó.
El nuevo mapa legislativo reconfiguró el poder en el Congreso. LLA alcanzó noventa y tres bancas en la Cámara de Diputados de la Nación, mientras que el peronismo descendió de ciento una a noventa y ocho escaños. En tanto, las fuerzas intermedias, entre ellas la Unión Cívica Radical y Provincias Unidas, sufrieron una marcada contracción, desplazadas por la dinámica bipolar del sistema.
En el Senado de la Nación Argentina, el avance libertario fue todavía más notorio: pasó de siete a veinte bancas, imponiéndose en seis de las ocho provincias que renovaban representantes. El bloque peronista retuvo veintiocho escaños, conservando la primera minoría, pero con menor margen de maniobra. “El resultado anticipa un Congreso más concentrado y menos fragmentado, donde el oficialismo libertario podrá negociar con mayor comodidad e incluso alcanzar quórum con apoyos parciales de sectores opositores”, advirtió.
Finalmente, Brosio observó que los resultados “confirman la consolidación de La Libertad Avanza como fuerza dominante del sistema político argentino”. Y concluyó: “Con un electorado cada vez más polarizado, un peronismo en proceso de reconfiguración y una participación en descenso, el escenario que se abre hacia 2027 plantea un desafío doble: gobernabilidad institucional y reconstrucción del vínculo entre ciudadanía y representación política”. (www.REALPOLITIK.com.ar)